(4/6)La virtud de la estudiosidad (Padre Jorge Luis Hidalgo)


4. Ingredientes de la estudiosidad

Se nos recomienda, para alcanzar la virtud de la estudiosidad, practicar sus siguientes componentes:
Concentración: Se ha comparado a la inteligencia con una lupa: mientras más se fija en un lugar, más puede penetrar en él. Del mismo modo, la concentración ayuda a que la inteligencia pueda “leer dentro” (que es el sentido etimológico de la palabra “inteligencia”) de la esencia de las cosas.

Lectura: Condición esencial para aprender. “No hay tiempo para todo, lea a los clásicos”, recomendaba el padre Castellani. Hay que leer lo bueno, no lo de moda o lo exótico. Una lectura debe ser ordenada, inteligente, no superficial, elegida para la ocasión, relacionando un autor con otro.

Memoria: Mantener lo esencial de lo leído, para poder usarlo cuando se requiera. Ayuda, para ello, llevar anotaciones, esquemas, resúmenes y síntesis, etc. que dependerán del método de estudio de cada uno.

Profundización: Se debe buscar el conocimiento por las causas, para que se dé una auténtica ciencia. Dichas causas no sólo deben ser las más profundas de la ciencia en cuestión, sino que debemos intentar llegar hasta las causas últimas de la realidad, que se logra con la filosofía y la teología.
Auténtica especificación: El peligro de la ciencia moderna es especializarse de tal modo en una determinada materia, que por ello pierda de vista el conjunto de lo que se estudia. Los particularismos nos hacen perder la verdadera sabiduría. Además, debemos recordar que ninguna ciencia es autosuficiente, porque en realidad la misma capacidad humana es limitada. Por esto debe evitarse el uso de un método para aplicar a toda la realidad, como quería hacer Descartes aplicando el método matemático al conocimiento filosófico.
Peligro: excesiva abstracción: Si hay un escollo a superar es que la ciencia estudiada llegue a absorbernos de tal manera que impida nuestro contacto con la realidad. Por ello Aristóteles enseñaba caminando a sus discípulos, y por ese nombre eran conocidos: los peripatéticos.
Animarse a escribir: Es importante que aquellos que tengan este talento, por don de Dios, lo repartan generosamente a los demás, como deben hacerlo los demás con todo lo que les ha sido confiado para que produzca el ciento por uno. Scripta manent, verba volant: Lo escrito permanece, las palabras se vuelan.
Apertura al misterio: La ciencia verdadera nos hace profundizar en el misterio, que tiene el sentido antiguo de lo conocido, y el sentido más reciente de lo secreto. Los conocimientos bien usados nos abren a la trascendencia, y deben causar en nosotros asombro y admiración.