El experimento del Bitcoin en El Salvador comenzó en septiembre de 2021, cuando el presidente Nayib Bukele convirtió al país en el primero en adoptar Bitcoin como moneda de curso legal junto con el dólar estadounidense. La medida fue implementada con la Ley Bitcoin, que obliga a los comercios a aceptar pagos en esta criptomoneda y busca promover la inclusión financiera, atraer inversiones extranjeras, y reducir los costos de remesas que envían los salvadoreños desde el extranjero.
Algunos de los aspectos más importantes de este experimento incluyen:
1. Chivo Wallet: El gobierno lanzó una billetera digital llamada "Chivo", ofreciendo un incentivo inicial de $30 en Bitcoin a los ciudadanos que la descargaran. Esto facilitó el acceso a la criptomoneda para quienes no estaban bancarizados.
2. Infraestructura: El Salvador instaló una red de cajeros automáticos para convertir Bitcoin en dólares y viceversa, y promovió el uso de la criptomoneda en negocios locales y empresas.
3. Volatilidad: A pesar de los incentivos, la volatilidad del precio del Bitcoin ha generado incertidumbre y temor entre muchos ciudadanos. Aunque algunos han adoptado el uso de la criptomoneda, otros prefieren seguir utilizando dólares.
4. Remesas: Un objetivo clave fue reducir las tarifas por envío de remesas, pero la adopción ha sido desigual, con muchas personas aún prefiriendo métodos tradicionales.
5. Reacción internacional: El experimento ha sido seguido de cerca por organismos internacionales como el FMI, que ha advertido sobre los riesgos de adoptar una criptomoneda tan volátil como moneda oficial. También ha habido inquietudes sobre la deuda soberana del país y su estabilidad financiera.
6. Resultados mixtos: Aunque ha habido cierto éxito en la atracción de turismo y promoción de El Salvador como destino innovador en el mundo de las criptomonedas, la adopción interna ha sido lenta. Gran parte de la población sigue siendo escéptica o no usa Bitcoin de forma regular.
El experimento es visto por algunos como un paso audaz hacia la modernización financiera, mientras que otros lo consideran una apuesta arriesgada que podría tener consecuencias negativas para la economía del país.