UNA VIDA AL SERVICIO DE LA PATRIA
UNA DE LOS PROFESIONALES MÁS CAPACITADOS EN DEFENSA Y ESTRATEGIA DE ARGENTINA
1.La Geopolítica mundial, en tiempos de pandemia.
Desde el momento en el que se tomó conocimiento de la existencia de una pandemia provocada por un agresivo virus que partió de China, hemos escuchado diversas voces diciendo “ya nada será como antes”, “las cosas van a cambiar” o “la hegemonía mundial cambiara de manos”. Algunas de estas voces se referían a los usos y costumbres de nuestra civilización posindustrial, pero otras lo hacían refiriéndose -aunque lo ignoraran- a la esencia de lo que es la Geopolítica: la interacción entre el poder y el espacio, en este caso a nivel global.
En el año 2011, en un ensayo de nuestro Instituto, decíamos (2):
“A principios del siglo XX se inició un movimiento intelectual que “descubría” al Océano Pacífico, la mayor masa de aguas de la superficie del planeta por la potencialidad demográfica y de insumos industriales, a lo largo de sus extensos bordes periféricos. Karl Haushofer le llamará “El Océano Político” en su monumental obra “Geopolítica del Océano Pacífico” –conocida como “La Tesis”-, (1924, reeditada en l936 y 1938).
A fines del siglo XX, cuando el cese de la lógica de la bipolaridad vuelve a dar paso a la Historia, el Pacífico reaparece en la atención de muchos politólogos por razones estratégicas y de mercado, impulsadas por los realineamientos geopolíticos que se inician cuando el “Imperio Global” -bajo comando del G7-, reemplaza abruptamente al “Imperio Americano-Soviético”, a partir del año ´91. Empíricamente este hecho jalona el inicio del nuevo siglo, en el ambiente de una situación inédita, signado por la Revolución Científica Tecnológica y su correlato: la civilización hiper -o- posindustrial, globalizada. Los cambios son cualitativos”.
Históricamente las doctrinas geopolíticas fueron desarrolladas por pensadores especializados en Geografía, Historia y/o Sociología, hasta que la Geopolítica fue aceptada como ciencia independiente. Algunas de aquellas doctrinas fueron aplicadas -a lo largo del tiempo y con mayor o menor acierto- por conductores políticos (3). Pero, en el caso que es motivo de este ensayo, no conocemos que haya una determinada doctrina geopolítica en la orientación del actual proceso de nuevas alineaciones, que recibe ahora el incentivo del virus chino” -como le llama Trump-
El hito histórico en el que se inicia la licuación de una situación estratégica consolidada -la de la guerra fría 1947/1989/91- fue el de la “caída de las torres gemelas” –11Sep01-. Allí comienza de la sigilosa guerra mundial en acto: la “contraterrorista global”. Entre 1991/2001 tuvimos diez años de posguerra fría caracterizados por la confusión de los intelectuales y la variada proliferación de opciones de futuro, que normalmente no eran de naturaleza geopolítica, sino que se apoyaban en la economía.
Tengamos en cuenta, alcanzado este momento histórico en nuestro razonamiento, que “la estrategia es un arte que requiere de referencias y una sensibilidad específica que está muy relacionada con la historia y la filosofía y que debe cultivarse”, como lo advierte Aznar Fernández-Montesinos (4) en un importante y reciente ensayo en el Boletín electrónico del IEEE.
En ambos periodos -1947/2020- Occidente acentúa la relativización de su identidad y consecuentemente la gravedad de su decadencia -particularmente- en la UE, Iberoamèrica y en los EE. UU. de Carter y Obama-, hasta la llegada de Trump con el lema “Primero EE. UU” (5).
En esas siete décadas hemos visto transitar -sucesivamente- períodos de bipolaridad -compartida por EE. UU. y la URSS durante la guerra fría-, de unipolaridad de los EE. UU. -luego de la implosión soviética 1989/91-, de multipolaridad -más bien discursiva, impuesta por el fracaso del progresismo de izquierda europeo en los ‘90- y, por último, de una reciente provisoria tripolaridad, compartida por EE. UU, China y Rusia.
El coronavirus vino a afectar este último estadio, de diversos modos. EE. UU y China encuentran hoy -en la pandemia- razones para intentar catalizar su poder y Rusia se ve afectada seriamente por la caída de los precios de la energía, cuestión que diplomática y estratégicamente la acercó significativamente a China e India (6) y a operaciones en Iberoamérica que le permitirían -en la pospandemia- el control de los precios internacionales de los hidrocarburos, aspecto este de particular interés para los argentinos (7).
En nuestro ensayo de May 2011 (2), expresábamos que en la situación emergente de la posguerra fría -2001-, cuando regresaba la Historia, se aproximaba a la Tesis de Haushofer, en desmedro de las doctrinas de McKinder y de Spykman. El Cap bávaro planteaba -en 1924- que el “equilibrio de poder” entre el “mundo oceánico” y el “continental-terrestre”, para lograr la Pax (8) Mundial, exigía la conformación de un bloque asiático + 1 -Alemania-, frente a Europa, las Américas, Oceanía y Japón. Fue desoído y los líderes políticos europeos fueron a su 2da Guerra Civil -1939/1945-. Europa se autodestruyó y dejó de ser el núcleo de Occidente. El meridiano del poder se desplazó hacia el Oeste: a EE. UU.
De hecho, la situación en curso está mostrando alguna aproximación al pragmático “Eje Primakov” -Moscú-Pekín-Nueva Delhi-. Alemania, menos maltratada por el virus que el resto de la UE seria -muy probablemente- el país que -en la pospandemia- logre impedir su probable disgregación, liderándola desde una posición social disciplinada y austera. No se cumpliría con el muy antiguo mandato histórico de su “marcha hacia el Este”.
Las otras doctrinas geopolíticas -que tuvieron aplicación en las Guerras Civiles Europeas y en la Guerra Fría- se limitaban al vecindario del Mar Mediterráneo, apegadas en particular a la Geografía. Cuando el hombre ingresó -en vuelo- a la atmosfera y al espacio exterior, perdieron entidad.
Si Alemania cumpliera con su rol natural que Roma -al parecer- ha abandonado y si las Américas superaran sus conflictos interiores, el Arco Oceánico se completaría pasando por Sud-África y Oceanía para cerrarse con Los Tigres del Lejano Oriente, con epicentro en Japón. ¿Será ello viable en la pospandemia? Veamos a continuación la particular situación de China en su puja imperial con EE UU., cuando vivimos con ansiedad la espera de las vacunas contra el coronavirus.
CHINA se presenta al mundo como el modelo a seguir para enfrentar al virus, mientras EE. UU. la acusa de ser la creadora del “virus de Wuhan”. La dictadura comunista tiene, en el presente, varias ventajas que trata de expandir (1):
- Al ser la primera en sufrir el ataque del virus, también ha sido la primera en superarla con medidas draconianas que le permite su sistema político. Por ello, mientras el mundo cierra sus fronteras China las abre buscando extender su modelo con las “estrategias de mascarillas y respiradores”.
- El mundo no puede esperar de EE. UU. un nuevo Plan Marshall, pues es el país que más daños sufre -en forma relativa- por el ataque del virus. Pekín ha aprovechado la ocasión para salir agresivamente, expandiendo su industria y sus yuanes.
- La situación que se vive constituye un golpe más para el multilateralismo remanente, favoreciendo a los nacionalismos aislacionistas. Algunos conflictos “globales” como las aspiraciones nucleares de Corea del Norte o Irán, las guerras en acto en Siria, Libia o Yemen quedan relegadas a un segundo plano, pues toman prioridad los problemas internos. China -y su asociada Rusia- están atentas para ocupar esos espacios “vacíos”.
Sin embargo, este contexto internacional que le es favorable, no le es suficiente, por varias razones:
- debería agravarse la situación social interna en la UE y en los EE. UU., cosa que hasta ahora no ha ocurrido para provecho de China,
- no hay indicios de una actuación oportunista para ocupar territorios -tal el caso de Rusia sobre Ucrania- ante la imposibilidad de reacción de las potencias Occidentales,
- la llegada del virus ha agravado el distanciamiento político interno de la UE y sus tendencias separatistas que, si se suman a la retirada americana de Asia y Medio Oriente, crearían nuevos vacíos, a ocupar por los asiáticos,
PERO: así como se presentan estas ventajas para China, en su puja geopolítica con los EE. UU., también se le presentan “profundas contradicciones y fuertes limitaciones” provenientes de su propio modelo político y económico, que el virus ha activado. La Plaza Tiananmen de 1989, reiterada actualmente en treinta Plazas de sus grandes ciudades cuando China deba enfrentar las investigaciones del origen del Coronavirus en la pospandemia, sería un “bumerán” para su estrategia apresurada. Porque:
- su estrategia cortoplacista ha sido torpe, particularmente en la comunicación y en sus estadísticas, que aumentó la desconfianza hacia su pretendido altruismo y actitud benefactora, que ocultaron la gravedad de la expansión del virus, un negocio comercial muy lucrativo y una muy baja calidad de sus productos. Las intenciones chinas no eran desinteresadas ni benevolentes.
- Si China tiene inconfesables objetivos geopolíticos propios, no puede continuar teniendo la confianza occidental que le transfiere capitales y tecnologías para la producción industrial de manufacturas, con bajo costo de mano de obra.
- Otro elemento que ha influenciado fuertemente en Occidente para aumentar la desconfianza hacia China ha sido el aprovechamiento para aumentar la vigilancia digital de la población a niveles desconocidos, que son inaceptables para la vida en libertad. Con las comunicaciones que se han desarrollado en el siglo XXI, es muy difícil mantener a una población como rehenes del “igualitarismo”.
- Pekín trata de vender su modelo político autoritario aprovechando a la pandemia y mostrando su rápido éxito en la lucha contra el virus. El efecto buscado, puede transformarse exactamente en el contrario. Gran parte de su juventud, capacitada en Universidades occidentales, regresaron a China con sus mochilas cargadas de conocimientos y también con “ideales de libertad”.
En síntesis, la “Geopolítica Mundial” ha sido inesperadamente conmovida por el Coronavirus, cuando aún la distribución de poder internacional -posguerra fría- no ha encontrado su estabilización. Nos encontramos vivenciando la “crisis del Covid-19”.
- Si fue originada por un “incidente provocado”, China habría agredido al planeta con un arma de destrucción masiva -bacteriológica- estrictamente prohibida por Tratados Internacionales que la tienen como parte.
- Si fue originada por un “incidente no provocado”, China habría cometido un gravísimo error en su Política Exterior, por haber ocultado el hecho y no haber socorrido de inmediato al resto de la humanidad.
En ambos casos China encontrarìa -en la etapa pospandemia- una fuerte y dramática interrupción en su acelerado camino a la categoría de superpotencia.
Un gran éxito económico -en corto lapso- puede llevar a un gran fracaso. Lo sabemos nosotros, por nuestra experiencia histórica, luego de alcanzar nuestro cenit con la Generación del `80.
2.La Geopolítica regional y nacional, en tiempos de pandemia
“En 2007, el filósofo libanés Nassim Nicholas Taleb acuñó el término «cisne negro» para referirse a acontecimientos inesperados, de gran impacto y que, retrospectivamente, pueden considerarse predecibles. Estos cisnes negros son más habituales de lo que se suele aceptar y, en realidad, son los grandes motores de los cambios sociales y personales” (9).
En la región y en nuestro país, “una bandada de cisnes negros” han creado el “cerrado banco de niebla” que es aprovechado -de diferente manera- por “la revolución”, como “acontecimiento inesperado” -la cuarentena- con la que se pretende ocultar la maniobra del Foro de San Pablo/Grupo de Puebla -“los grandes motores de los cambios sociales y personales”- sorprendidos por el virus en plena contraofensiva estratégica regional.
Es oportuno reiterar aquí que llama nuestra atención la cobardía que impide a los líderes políticos opositores al Foro o al Grupo de Puebla tomar al toro por las astas y, por lo menos, llamar a las cosas por su nombre, para sacar de la confusión a la ciudadanía. Ver claro y hablar claro.
En la región han existido -en el pasado reciente- doctrinas geopolíticas que orientaron a proyectos políticos exitosos, particularmente en Brasil y Chile. En la Argentina, el último proyecto político apoyado en un mapa de ideas geopolíticas no escritas, pero que fueron aplicadas, se dio a fines del siglo XIX. Su resultado económico fue extraordinario. Dio lugar a la que llamamos “La Primera Argentina Agropecuaria” (10).
A partir de su ápice en el Primer Centenario -1910-, este proyecto se estratificó y no surgió -desde entonces- en el ámbito político, proyecto alguno sugerido desde una geopolítica que incluyera una visión estratégica: de largo plazo y ola profunda. La mera ideología reemplazó a la Gran Política. A la Política del Estadista. No conocemos -ni siquiera media página- sobre propuestas geopolíticas que hayan sido producto de nuestra opaca dirigencia a lo largo del siglo XX/XXI. La Pequeña Política, penetrada por el neo-marxismo post URSS, es lo que ha ingresado a los partidos –“el entrismo”- con el encubrimiento del engañoso nombre de “progresismo”.
Llegado el Covid-19, Ella -la comandante revolucionaria local- más preocupada por los “cambios personales” que por los “cambios sociales”, vio en la bandada de cisnes negros la oportunidad para acelerar el logro del objetivo que le impuso a Tartufo (7) por contrato: su absolución jurídica y el rescate de miles de millones incautados por la Justicia, a cambio de la presidencia. El cambio de ritmo en el plan previsto, provocado por la irrupción del virus, les ha obligado a diluir espacios del “banco de niebla” –constantemente- y sus torpezas salen a la luz.
Tartufo por decisión de los otros dos poderes, que cerraron sus puertas, gobierna con la “suma del poder público” pero hasta ahora nadie ha comentado que, de hecho, hemos ingresado a una dictadura. En la Constitución de la Republica Romana esta figura existía, pero no es así en la Constitución Argentina. Y Ella, preguntándole a la Corte qué debe hacer, busca ampliar el tiempo de excepción y lo ha logrado, para explotar la oportunidad.
Él -único presidente en funciones componente del Grupo de Puebla- invita a la unidad a la izquierda chilena -apadrinado por su asesor Ominami- para eliminar del poder a Piñera y a la vez -telefónicamente- le expresa al presidente chileno toda su simpatía. No creemos que haya antecedentes diplomáticos de este nivel de hipocresía.
En reunión plenaria del Mercosur, el representante argentino expresa -sin autoridad para ello- el retiro de Argentina del Tratado de Asunción y el Canciller -en el Congreso- expresa con eufemismos todo lo contrario. El doble discurso y las falsedades abarcan -escandalosamente- los diferentes frentes gubernamentales.
No vamos a enumerar todas las acciones que apuntan a “la abolición del derecho penal”, que tiene a Zaffaroni como ideólogo y maestro y a “justicia legitima” como organización ejecutora. Es suficiente señalar algunas de ellas, tales como -con el antecedente del “vatallón militante”- a la “vrigada militante”, subrepticiamente llevada a la calle en horas, por jueces y camaristas, luego de ser organizada en las cárceles con más de tres mil delincuentes de alta peligrosidad. Días antes, más de un centenar de jueces y fiscales independientes fueron barridos del sistema, con una medida previsional.
Se ha confirmado el ingreso de los “médicos” cubanos. ¿Constituyen una avanzada del grueso que oportunamente ingresarà, como lo hicieron en Venezuela? Ella es consciente de que no contará -en su momento- con las FF AA, de Seguridad y Policiales. Mientras tanto, día tras día hay reemplazos en cargos llaves, que se ocupan con militantes de la Cámpora, normalmente hijos de terroristas muertos en combate.
La economía es conducida irreversiblemente, con la prolongación de la cuarentena, a un efectivo default y a una super hiperinflación. Al frente de YPF es nombrado -como CEO- un exitoso joven de 27 años, admirador de Ella. En la ANSES ocurre algo similar. Todo esto, detrás del cerrado banco de niebla y en pocos días, apunta al salto de garrocha hacia la esfera de poder geopolítico de China-Rusia.
Buenos Aires -si así ocurriera- quedaría en un aislamiento total en la región y, a partir de la pospandemia, cuando Occidente pida cuentas a China por el “escape” del virus que provocó en el mundo pérdidas astronómicas, quedará sumergida en una soledad caótica, propia de sus desatinos.
Día a día, cuando aún no hemos alcanzado las vacunas contra el Covid-19, tenemos novedades con referencia a las responsabilidades de China en la pandemia más agresiva que ha sufrido la humanidad. Una importante agencia de inteligencia internacional ha expresado: “La alianza “Five Eyes” compuesta por Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá, Nueva Zelanda y Australia, asegura que Beijing ocultó información, “desapareció” a los denunciantes y se negó a ayudar a otros países a preparar una vacuna” (11).
Las denuncias -que ya se anticipan- serán llevadas oportunamente a la Asamblea General de la ONU y allí se votarían las durísimas sanciones que sacaran a China de su emprendido rumbo para lograr la categoría de superpotencia y, muy probablemente, dejaría de ocupar su silla -con veto- en el Consejo de Seguridad y consecuentemente también dejaría en una difícil situación a Putin.
Nuestra conducción revolucionaria “bicéfala” quedaría “colgada del pincel”, como vulgarmente dice la calle, y demostraría el mismo cerebro de mosquito que vimos en Angola, cuando una mujer -amante de los diamantes- junto a Moreno, quería vender gallinas en la calle, sin éxito.
China, consciente del grave riesgo que ha asumido, sorprendió al mundo el mismo día 02 May 2020 decidiendo cancelar al dólar en las transacciones bursátiles y comerciar oficialmente con el yuan chino, en lugar del dólar. Este es un paso tan audaz e importante en la historia económica de China, equivalente a la percepción del riesgo que corre con la pandemia.
El dólar ya es inexistente en el comercio chino y caerá bruscamente frente al yuan chino, afectando a los mercados mundiales sorprendidos por esta decisión. La noticia fue discutida en el programa de la tarde de ese día en la BBC World English:
“¡Es un desafío económico que puede llevar al mundo a una guerra devastadora! ¡No se puede descuidar cómo Estados Unidos actuarà, frente a esta decisión! ¿China 2021 liderará el mundo? Este es el viejo sueño de China y es lo que planeó lograr, durante décadas o más” (12).
Sin embargo -hace unas semanas- el intento de cambiar de divisa y pasar al yuan debió retroceder en Asia y Medio Oriente, con alguna urgencia. Como lo expresa el diario inglés, es un tema “a no descuidar”. El riesgo se ha agravado y estamos en presencia de un sismo en la geopolítica mundial, con profundos efectos inmediatos en la geopolítica regional y en la de nuestra dolida Patria Argentina.
CITAS:
(1). I. Fuente Cobo. “El mundo después de la pandemia: el nuevo orden no será chino”. Documento de opinión. 21 Abr 2020. www.ieee.org
(2). H. J. Auel. “La Actualidad de la ‘Tesis’ sobre el Océano Político”. May 2011. www.ieeba.org
(3). H. J. Auel. “El Nuevo Ordenamiento Internacional posterior a la intervención de los EE. UU. y sus aliados en Irak”. Conferencia en la AAAI. May2011. www.ieeba.org
(4). F. Aznar Fernández-Montesinos. “La década del 2020. El futuro no está escrito. Reflexiones sobre la evolución del pensamiento estratégico”. 30 Abr 20. www.ieee.org
(5). H. J. Auel. “La Cultura y la Civilización. La guerra: Continuidad y Cambio”. Dic 2001.
(6). Decíamos en la conferencia citada en (3): “En Eurasia, Eugeni Primakov, que fuera recientemente Primer Ministro de Rusia, planteó formalmente en 1998 el Eje Moscú – Nueva Delhi – Pekín. Estas tres potencias nucleares, cuantitativamente suman casi el 50% de la población mundial. Es poco probable que India se sume al bloque continental y no es probable que China acepte”. Hoy, diez años después y con el catalizador del coronavirus, hay objetivas razones para pensar en la probable viabilidad de este “eje”.
(7). H. J. Auel. “Detrás de un cerrado banco de niebla”. Abr 2020. www.ieeba.org
(8). Pax: “Situación de paz que permite gozar -a las culturas- del progreso alcanzado”. Diccionario Militar de Cabanellas de Torres y Alcalá Zamora. T. III. Ed. 1969.
(9). A. Sarto Ferreruela. “Bandadas de cisnes negros”. 28 Abr 2020. www.ieee.org
(10). H. J. Auel. “Una Segunda Argentina es Posible”. Jul 1989. www.ieeba.org
(11). Infobae Digital. “Un informe de cinco agencias de inteligencia occidentales revela las mentiras de China sobre el coronavirus”. 02 May 2020. www.infobae.com
(12). The Guardian. “Con repentina decisión China sacude los rincones del mundo entero”. https://amp.theguardian.com/world/2020/apr/28/china-starts-major-trial-of-state-run-digital-currency