EL DIOS-HOMBRE: REY DE REYES


por Jean Ousset

Además de esto, volvamos a la sinopsis de los cuatro evangelios en el capítulo del interrogatorio de Pilato…

Una simple ojeada nos permite comprobar la unanimidad de los cuatro textos.

A la pregunta: ―¿Eres tú el rey de los judíos?‖ del gobernador, Cristo respondió inmediatamente con la afirmación: ―Tú lo has dicho.

Extremadamente breve en San Lucas, San Marcos y San Mateo, el relato es más largo en San Juan.

A una primera pregunta de Pilato: ―¿Eres tú el rey de los judíos?, nos informa que Jesús respondió primeramente: ―¿Por tu cuenta dices eso o te lo han dicho otros de mí?, y Pilato exclama, como romano orgulloso que afecta ignorar las disputas intestinas de ese pueblo al que menosprecia: ―¿Soy yo acaso judío? Tu nación y los pontífices Te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?

Pilato con esta pregunta demuestra claramente que no piensa más que en un posible complot, en una simple agitación del tipo político más sórdido. Y es para tranquilizarlo por lo que Jesús responde entonces: ―Mi reino no es de este mundo. Y para dar de ello un argumento particularmente claro: ―Si mi reino fuese de este mundo, mis gentes habrían combatido para que no cayese en manos de los judíos… ―Nunc autem regnum deum non est hinc‖… ―Nunc autem… Dicho de otra manera, lo estás viendo ahora claramente, tras lo que acabo de decir y por el mismo hecho de no haya habido motín, maquinación ni revueltas políticas… ―Nunc autem… Mi reino no es de los que se ven aquí abajo.

Pero la sorpresa de Pilato aumenta. En su pobre cerebro de romano pragmático no alcanza a comprender que en tales condiciones se pueda persistir en declararse rey. E insiste en la pregunta: ―Ergo rex es tu… ―Ergo, es decir: Luego no obstante, a pesar de todo… ¿tú eres rey…? ¿tú te llamas rey?

Entonces Jesús, ante esta alma que se interesa y que busca, responderá yendo directamente a lo esencial con soberana dignidad: ―Tú lo has dicho, yo soy rey. Ego in hoc natus sum et ad hoc veni in mundum, ut testimonium perhibeam veritati: Omnis qui est ex veritate, audit vocem meam. Dicit ei Pilatos: Quid est veritas? Et cum hoc dixisset, iterum exivit…

―Tú lo has dicho, yo soy rey. Jesús rehúsa servirse de otro término. ―He nacido para esto y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad escucha mi voz.

―He nacido para esto… ¡Ha nacido para esto!... Lo que Jesús reclama aquí ya no es tanto el derecho de soberanía divina de la segunda persona de la Santísima Trinidad; es más bien el derecho soberano que Daniel,

en su visión, vio entregar a este Hijo del hombre por el Anciano misterioso.

―Natus sum… Para esto he nacido. Y lejos de hallarnos en contradicción con el menor pasaje de la Escritura o de la Enseñanza de la Iglesia, ésta es la enseñanza unánime de los Santos Padres, admirablemente condensada por los dos grandes doctores eclesiásticos. ―Natus sum… ―En cuanto hombre, escribe San Buenaventura, el Salvador ha sido magnificado por encima de todos los reyes de la tierra a causa de la asunción de su Humanidad en la unidad de una persona divina…. Y Santo Tomás de Aquino: ―El alma de Cristo es un alma de rey, la cual rige todos los seres, porque la unión hipostática la coloca por encima de toda criatura.