"La revolución en la Iglesia es la revolución sin interrupción"
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Sacerdote argentino en su parroquia con un mural del "che" Guevara de fondo
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Entre los hombres que deberían combatir más encarnizadamente la revolución, deberían encontrarse todos aquellos que directamente dicen ser adictos a la Doctrina Cristiana. Y, no obstante, el mayor drama de este conflicto ideológico tal vez provenga de la confusión y del desorden existente entre los hombres de la misma Iglesia.
Declaraciones de un Sacerdote que está a favor del aborto, pero se cuida de decirlo abiertamente.
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La revolución se ha esforzado siempre por hacer su juego en la Iglesia, y a través de miembros de la Iglesia. Y encuentra allí hombres para servirla. "La revolución en la Iglesia es la revolución sin interrupción".
Ícono de una página revolucionaria. Puño izquierdo en alto, Rosario rojo. La revolución en todo su "esplendor". |
El clero y los obispos forman parte de la sociedad y, cuando esta sociedad está carcomida por la gangrena, no existe ninguna categoría de ciudadanos -sacerdotes, magistrados, militares u otros- que no esté parcialmente alcanzada.
Los Papas Pío IX y Pío X ya denunciaban el mal: "Los artesanos del error, hoy no hay que buscarlos entre los enemigos declarados. Se esconden, y es este un motivo de aprehensión y de grandes angustias en el seno mismo y en el corazón de la Iglesia.
Sacerdotes argentinos cantando la marcha peronista
Enemigos tanto más temibles por cuanto lo son menos abiertamente...Hacen su camino reprimidos y condenados y van siempre disimulando, bajo mentirosas apariencias de sumisión, una audacia sin límites...Prosiguen más audazmente que nunca el plan trazado...Les importa permanecer en el seno mismo de la Iglesia para trabajar en él y modificar poco a poco la conciencia universal".
Sacerdotes apoyando abiertamente a un político. La mezcla del Sacerdocio con la política es una de las muestras más claras de la "revolución". |
Hoy aún más -dado que la revolución está en constante progreso- se encuentran en la Iglesia esa clase de hombre perfectamente conscientes de ser sus enemigos. Y así vemos obispos y sacerdotes predicar las teorías de la revolución.
N.C.N.G.N.P.