EL PERONISMO ESOTÉRICO (Parte 1)

 El líder político más importante del siglo XX tuvo el apoyo de grupos cuasireligiosos que buscaban el poder. Juan Domingo Perón podría haberlos evitado per prefirió confraternizar con esos "iluminados", reencarnaciones de Zaratustra y pioneros de la Nueva Era (NEW AGE). Perón decidió recibir sus consejos y ponerse a disposición de sus intereses. Esta historia, en tres partes, recorre el camino místico del líder justicialista rescata aspectos increíbles que ponen al movimiento justicialista en una dimensión desconocida.


Peronismo místico

En la Argentina de mediados del siglo XX las ciencias ocultas (en especial el espiritismo), que estaban de moda en el mundo desde el siglo anterior, tuvieron cierto apoyo oficial. En la década del 30 la Facultad de Psicología de Buenos Aires tenía un departamento de Psicología Paranormal.  En 1948 gobernaba el Partido Justicialista y  se incluye la Psicología como materia del nivel secundario  incluyendo cuestiones de Parapsicología. Esta pseudociencia tuvo gran apoyo en el peronismo.  Precisamente el Secretario de Salud de Perón, Ramón Carrillo, creó un gabinete de Parapsicología en el Instituto de Psicopatología Aplicada que integraba Pedro Baldasarre, jurista y parapsicólogo de gran amistad con el General Perón.

Fue el Doctor Baldasarre quién alojó en su casa de Mendoza al entonces Teniente Coronel cuando, en 1941, tuvo como destino el Centro  de Instrucción de Montaña. Allí nació una relación que le permitió al abogado y mentalista acceder a los círculos del Partido Justicialista.

En esa época nace la Sociedad Argentina de Parapsicología y con el aval peronista se otorga personería jurídica a la ocultista Orden Rosae Crucis (Los Rosacruces) y recibe un gran impulso la Escuela Científica Basilio.

En la Escuela Científica Basilio se huele peronismo. Fue durante el primer y segundo gobierno de Perón que los autorizaron a usar el Luna Park para sus shows espiritistas y como si eso fuera poco, le otorgaron la inscripción en el Registro Nacional de Culto bajo el número 209, para que compita de igual a igual con la tradicional Iglesia Católica.

Ese culto espiritista hoy está venido a menos, pero llegó a reclutar a 600 mil seguidores en más de 40 sedes en todo el país y en el exterior. En una ellas vi en  1980, en plena dictadura militar, como un grupo de médiums traían a la tierra al espíritu de Eva Perón para darle un mensaje a los presentes. Un montaje de alto impacto acompañado de música de órgano y muy poca luz.

Durante su gobierno el presidente Perón no dudaba en recibir en su despacho a figuras controvertidas y místicas como Menotti Carnicelli y el Pastor norteamericano pentecostal Teodoro Hicks.

Todo esto podrían haber sido gestos para irritar a la Iglesia Católica, con la que tenía un gran enfrentamiento político por la educación pública, pero evidenció que Perón no despreciaba el ocultismo ni a las pseudociencias, así que lo que sucedió después no fue resultado de la casualidad, sino de la permeabilidad del líder en cuestiones esotéricas.


Titiriteros del poder

Por lo menos dos Logias acompañaron a Perón hasta su muerte. La Anael y la Propaganda Due. Se alimentaban del poder que emanaba el peronismo y su gran movilización de masas. Magia, ritos, profecías rodearon a un Perón deseoso de saber el futuro,  manipulado por un entorno que pretendía sucederlo.

El ítalo-brasileño Menotti Carnicelli era un médium y brujo conocido en Brasil y tuvo contactos con Juan Domingo Perón. De él se dice que fundó la secreta Logia Anael  junto a otros brasileños y argentinos, aduciendo recibir mensajes de un ángel del mismo nombre.  Algunos llegan a asegurar que la logia fue fundada por el dictador Getulio Vargas y el propio Perón, debido a que sus perfiles políticos eran adulados dentro de la cofradía.

Getulio Vargas había sido destituido en 1945 en Brasil y permanecía exiliado en su propia tierra natal creando una red de influencias que le devolviera el poder. Su hija, Alzira, era su aliada en esa operación. El enigmático Menotti Carnicelli fue una gran influencia sobre ella y la representó en su viaje a Buenos Aires. El místico se entrevistó con Perón para que éste interfiera en la liberación de Getulio Vargas. Allí habría comenzado una relación con la logia Anael que no se interrumpiría hasta su muerte. Pero había otro miembro de la logia cerca del Presidente,  Héctor Caviglia, martillero argentino devenido en asesor de los asesores de Getulio Vargas, quien también intima con Perón durante su segunda presidencia y lo cita como  “El conductor cósmico de la Argentina”.

Caviglia aseguraba que Perón alzaba los brazos en el balcón de la Casa Rosada frente a sus fieles porque sus manos vueltas hacia el cielo funcionaban como radares para recibir las vibraciones de las esferas superiores, que luego bajaban al pueblo a través de su persona. Cuando muere  un influyente juez hereda la jefatura de la Logia. Se trataba de  Julio César Urien, peronista y con fluidos vínculos con funcionarios y militares.

El extraño texto “La Razón del Tercer Mundo”, único libro conocido de la logia Anael, que podría haber sido escrito por Urien, señala  que Perón recibió a un “hombre-enlace” de la logia que le anunció que “surgirá el colaborador eficaz para ayudar a completar la obra”. Eso sucedió poco antes de su exilio. El libro indica que en junio de 1956, el colaborador ingresó a la logia y desde ese momento “trabaja continua y silenciosamente.”

Parte 2