Relación entre Fe y Razón (Parte 4)

 

3. MARAVILLAS DE LA RAZÓN HUMANA


Una de las maravillas del ser humano es, precisamente, su capacidad para desvelar verdades que no se ven a simple vista. ¿Cómo no pasmarse ante el descubrimiento de la suma de los ángulos del triángulo siempre igual a dos rectos, ¡cualquiera que sea su forma y tamaño!. Nadie lo diría, pero, trazando una paralela por un vértice al lado opuesto, la claridad es meridiana. Somos capaces de obtener a partir de verdades manifiestas, verdades ocultas. Llamamos «Lógica» a la ciencia que estudia las reglas que rigen el pensamiento correcto. Si las observamos, obtenemos conclusiones verdaderas; y si no, no.

La lógica —el dinamismo propio de la razón— ha hecho posible la ciencia y permite también hacer ciencia de verdades que parecen escurridizas o inaferrables, como las tocantes a la ética y a la religión. No todo conocimiento ha de obtenerse mediante un razonamiento lógico, pero es cierto que sin lógica no es posible salir de robinsones o carboneros. En cambio, con la lógica racional se puede llegar a demostrar la existencia de Dios, la diferencia entre el bien y el mal y elaborar una ética también racional, apta para ser compartida —y comprendida en sustancia— , por todas las gentes dispuestas a pensar conforme a las reglas del argumento lógico.