GUERRA CONTRARREVOLUCIONARIA EN LA ARGENTINA. ESTRATEGIA DEL TERRORISMO REVOLUCIONARIO PARA LA TOMA DEL PODER -Tercera Parte-


  Por General HERIBERTO J. AUEL.

JULIO DE 2021

Este ensayo está dirigido a la juventud argentina en el momento

histórico que transitamos en Julio de 2021.

 

  1. LA OPINIÓN DE LOS DIRIGENTES REVOLUCIONARIOS SOBRE EL CONFLICTO ARMADO.

Se considera conveniente y necesario dar a conocer la opinión de los principales dirigentes de las organizaciones políticas armadas que actuaron en el país, sobre si se libró una guerra en la Argentina en las décadas del 60 y del 70. A tal efecto, se transcriben algunos documentos.

Primer documento: Del libro “Montoneros el camino de la Liberación” – Editorial «Comandante Julio Roqué», confeccionado por la Conducción Nacional de Montoneros e impreso en diciembre de 1979 por la «Secretaría Nacional de Agitación, Prensa y Adoctrinamiento del Partido Montonero» (253 páginas). Extraemos unos párrafos del “Informe de la reunión de Consejo Nacional de octubre de 1975”.

2.7.2. Razones por las que nos conviene prolongar el enfrentamiento.

El triunfo de las tesis institucionalistas, es decir, la prolongación del enfrentamiento nos favorece en el aprovechamiento de los tres elementos básicos de toda estrategia: armas, espacio y tiempo.

2.7.2.1. Armas.

[…]

  1. d) En cuanto al equipamiento militar propiamente dicho: en lo que hace a su número y calidad, desde el punto de vista relativo, nuestro equipamiento crecerá en proporciones mucho más altas y rápidas que el del enemigo. Esto es así porque el equipamiento del enemigo, en cuanto a su número tiene topes reales puestos por la capacidad económica del país, por su extensión geográfica, por el tipo de guerra que estamos desarrollando y por la cantidad de fuerzas especiales o preparadas con que se cuenta. Desde el punto de vista de nuestras fuerzas el número es prácticamente ilimitado, porque en nuestra concepción el pueblo en armas, todo el pueblo participa de diferentes formas en la guerra popular. Desde el punto de vista del aprovisionamiento a través del combate y la recuperación, a través de la fabricación de nuestros propios talleres y del apoyo exterior, iremos arrimando las armas necesarias y suficientes para el desarrollo de esta guerra. Desde el punto de vista de la calidad, también el desarrollo del enemigo es limitado. Es limitado porque la existencia de límites geográficos en esta guerra hace que compartamos el mismo territorio, por lo que le es imposible el uso de armas de aniquilamiento masivo, lo que pone límites objetivos al desarrollo de su armamento. Por nuestra parte, nuestra capacidad de aprovechamiento del desarrollo industrial de nuestro país nos permite prever la fabricación de armas capaces de enfrentar seriamente y dañar gravemente el poder militar enemigo en sus concentraciones logísticas y en sus estructuras de combate.

 

Segundo documento: Del mismo libro, citado en el primer documento, extraemos y transcribimos unos párrafos de un Reportaje grabado al Secretario General del Partido Montonero, Comandante Mario Eduardo Firmenich, el 9/7/76, en su 2.da parte, (Páginas 76 a 95).

 «LAS INSURRECCIONES PARCIALES EN NUESTRA GUERRA DE LIBERACIÓN Y LAS CARACTERÍSTICAS DEL PODER MILITAR POR CONSTRUIR»:

 

Firmenich

PERIODISTA: La inclusión de los hechos insurreccionales en la hipótesis de la guerra revolucionaria en la Argentina, ¿qué implicancia tiene en el tipo de ejército popular que necesitamos construir?

FIRMENICH: De algún modo, y tal como lo expresa nuestro manual de instrucción de la OPM y la organizativa misma, la concepción de ejército que nosotros desarrollábamos era un poco la idea de un ejército regular urbano, de crecimiento ilimitado, que algún día ese ejército podría, por su poder militar, destruir grandes estructuras del ejército enemigo. Creemos que esta profundización sobre el hecho insurreccional modifica en parte aquella concepción, que no hay que abandonar, el concepto de formación reagrupable.  Debemos tener presente que dentro de una insurrección se forma, en la insurrección misma, un ejército popular. Que previo a ello hay que tener capacitado todo un conjunto de oficialidad y suboficialidad de ese ejército para tratar de construirlo sobre la marcha, de incorporarlo, de organizarlo y de conducirlo a la victoria militar sobre la marcha…

 

Tercer documento: Del mismo libro del primer documento. Fragmentos de la Conferencia de prensa del Secretario Militar del Partido, Comandante Horacio Mendizábal, del 10/8/76 (Pág. 96 a 100) «LA ESTRATEGIA OPERATIVA DEL ENEMIGO»

 

“…Esta Estrategia de guerra contrarrevolucionaria permite al enemigo un avance militar sobre las fuerzas revolucionarias. Esto sucede y sucedió en todos los procesos revolucionarios del mundo, como el asalto al Moncada en Cuba, como en la Larga Marcha en China, la pérdida de las ciudades de las bases campesinas en Vietnam o como el rudo golpe que acaba de recibir el campo popular en nuestro país con la muerte del compañero Santucho y otros compañeros de la conducción del PRT. Pero siempre esta estrategia está basada en la tesis de guerra corta, en el ataque de aniquilamiento de decisión rápida y esta estrategia es ineficaz cuando se libra una guerra contra un pueblo, cuando se enfrenta con una estrategia de guerra popular revolucionaria prolongada. (Lo resaltado es nuestro)

«NUESTRA ESTRATEGIA DE DESGASTE»

“Ésta consiste en el desarrollo de la defensiva a través de la realización de una guerra de desgaste, en atacar al enemigo por líneas interiores, en hostigarlo permanentemente allí donde es más débil y donde no espera el ataque. En una guerra popular el tiempo juega a favor de los revolucionarios, pues no existen sólo las fuerzas militares, sino también las fuerzas sociales, económicas y políticas…Nuestro objetivo estratégico en el enfrentamiento con el enemigo no consiste en la obtención de una victoria militar sobre éste, en el aniquilamiento de sus divisiones, sino en el logro de un triunfo político-militar. En esta guerra, como en toda guerra revolucionaria, lo que hace a los reaccionarios perder la voluntad de combatir no es la superioridad militar de los revolucionarios, sino la movilización de las masas en la guerra, el enfrentamiento del pueblo que utiliza todos los métodos de lucha… Esta es la concepción que orienta la constitución y el desarrollo de nuestro Ejército Montonero, a lo que debemos agregarle que, por la particularidad del proceso en la Argentina, el desarrollo de las fuerzas productivas y la concentración de la clase obrera en los grandes centros industriales, nuestra fuerza militar es principalmente urbana y, por lo tanto clandestina. (Lo resaltado es nuestro)

 

Cuarto documento: Carta al Episcopado del mes de diciembre de 1976. –Montoneros-

 

“… En cuanto a la alusión directa de nuestro accionar, debemos dejar claro una vez más que jamás hemos cometido el desatino de pretender desarrollar la apología de la violencia, como una cosa buena en sí misma. Por el contrario, ya que la padecemos con rigor y la ejercimos con dolor, sabemos que la violencia de la guerra (pues no se trata de otra cosa) produce sufrimientos y pérdidas irreparables a los pueblos, mucho más cuando, como en el caso argentino, se trata de una guerra civil…” La carta estaba firmada por Firmenich, Pernía, Yaguer y Roqué, como «Conducción Nacional de Montoneros».

Quinto documento: Nuestra propuesta política de autocrítica y reconciliación nacional dentro del pacto para la transición democrática (14 de junio de 1987 – Montoneros).

 

En su último párrafo dice: “El problema argentino no se resuelve con el olvido forzoso y por lo tanto irreal. Tampoco se resuelve juzgando a todo el mundo, porque el problema nacional no es la violencia formal del Código Penal; no es un problema de delincuencia individualde bandasEs un problema de guerra civil por ausencia de Proyecto Nacional, en donde a río revuelto ganancia de la minoría oligárquica o liberal. El problema argentino se resuelve yendo al fondo del asunto: por eso planteamos la necesidad del proceso de autocrítica nacional como punto de partida de un futuro provechoso y compartido. (Firmado: Mesa Nacional del Peronismo Revolucionario) (Montoneros).

El cuarto y quinto documentos -transcriptos parcialmente- forman parte del «Anexo documental» del libro “La otra Historia. Testimonio de un Jefe Montonero” escrito por Roberto Cirilo Perdía (abogado, quien fuera el 2.do jerárquico de la organización y quien entre 1991 y 1995 se desempeñara como «asesor» del bloque justicialista de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de la Nación).

Sexto documento: La revista Estrella Roja”, N.º 1, del mes de abril de 1971, órgano de difusión y propaganda del PRT-ERP, decía:

 

“… El Ejército Revolucionario del Pueblo está combatiendo en forma organizada y une su actividad a la de otras organizaciones hermanas, asume junto con ellas la responsabilidad militar en el proceso de guerra revolucionaria que se ha comenzado a vivir en nuestro pueblo…”

 

A continuación, publicaba el programa que guiaría todas sus acciones futuras.

Séptimo documentoRevista “Estrella Roja”, N.º 14, del mes de septiembre de 1972. Se leía en el centro de la página N.ro 1, enmarcada con títulos propagandísticos de sus acciones, la síntesis de su balance de dos años desde la creación del ERP y en él, la aseveración que “la guerra será dura y prolongada, pero es el único camino”.

 

Octavo documento: El frente rural. Importancia estratégica y relación con las masas. Artículo del diario El Combatiente, N.ro 121, del PRT, miércoles 12 de junio de 1974, trascripto en el libro “Terrorismo en la Argentina”, publicación del Poder Ejecutivo Nacional (7 de enero de 1980) páginas 109 a 117.

 

“… Todas estas circunstancias configuran un cambio de enorme importancia en el contenido de las luchas populares. Éstas se encaminan, a partir de este momento, a tomar el carácter de abierto enfrentamiento al gobierno. Este renovado ímpetu de las luchas obreras y populares abre ya una etapa de generalización de la guerra. Es en esta nueva etapa que quiere una ampliación considerable de las operaciones militares, en la que se inscribe la apertura del frente rural, iniciado por la compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez. La nueva etapa del desarrollo de la lucha revolucionaria indicada como la tarea más importante en el terreno militar, la generalización de la guerra a todo el ámbito del país, incorpora, así, a regiones y sectores de la población, que hasta el presente no habían participado activamente. En efecto, como decimos al principio, hasta este momento la guerra revolucionaria se ha desarrollado fundamentalmente en las grandes ciudades en su forma de guerrilla urbana. Generalizar la guerra significa dar un salto que amplíe el ámbito de su desarrollo a regiones que por sus características geográficas, brindan las mejores condiciones para la estructuración de una fuerza militar superior, capaz de enfrentar y aniquilar a importantes contingentes del ejército enemigo. Para ir destruyendo paulatinamente a la fuerza militar enemiga, se necesita construir un Ejército Popular de carácter regular, dotado de los elementos de la técnica militar, para afrontar con posibilidades de éxito el combate contra las unidades especiales de las fuerzas enemigas”.

 

“Ese es el objetivo al que se dirige la iniciación de la guerrilla rural. Su actividad debe asegurar la existencia de unidades militares que disputen el terreno y logren en determinado lapso la existencia de bases de apoyo y posteriormente de zonas liberadas…” . –Lo resaltado es nuestro-.

 

Se podrían enumerar decenas de documentos más, pero no lo creemos necesario ya que está suficientemente aclarado que los dirigentes de las organizaciones revolucionarias terroristas estaban convencidos de estar librando una guerra prolongada contra las instituciones armadas, único obstáculo para tomar el poder y por ello se preparaban,  actuando en todo el territorio nacional con todos los medios y formas posibles para ganarla.

 

  1. CONCLUSIONES

Lo hasta aquí expuesto demuestra plenamente que lo sucedido en nuestro país en las décadas de los sesenta y setenta fue un «conflicto armado interno», específicamente calificado en el Protocolo II de los convenios de Ginebra de 1948, por lo que sus partes involucradas: por un lado las organizaciones políticas armadas terroristas que adoptaron distintas denominaciones, pero, con una sola finalidad: la toma del poder por las armas y por el otro las fuerzas armadas, de seguridad y policiales que, como instituciones del Estado actuaron en legítima defensa de la ciudadanía atacada con alevosía por las primeras, en el contexto de una Guerra Revolucionaria, reconocida como tal por ambas partes.

Que los agresores fueron las organizaciones revolucionarias terroristas que, a lo largo de su desarrollo y de su accionar comenzaron a librar una guerra no convencional, sin distinguir entre gobiernos constitucionales y gobiernos de facto, ya que su objetivo era tomar el poder para imponer un régimen totalitario marxista, al estilo del impuesto en 1959 en Cuba.

Que las acciones terroristas con explosivos y los asesinatos por sorpresa y a traición, tanto de civiles como de uniformados, fueron la norma en sus procedimientos operativos que pretendían imponer el terror en la población para facilitar sus fines.

Que en ese conflicto armado interno -que fue una guerra no convencional- iniciada antes del 26 de marzo de 1976 –en que se instaló un gobierno de facto- contra el pueblo y el Estado Nacional, las fuerzas armadas tuvieron que entrar en operaciones por orden del gobierno constitucional vigente en febrero de 1975. Primero, en las zonas rurales de la provincia de Tucumán y varios meses después en toda la República, debido a que las fuerzas federales de seguridad y las policías locales habían sido superadas en su capacidad para combatir contra las organizaciones armadas ilegales revolucionarias.

Que todos los documentos públicos -revistas, “partes de guerra”, panfletos, comunicados, etc.- y reservados -documentos secuestrados- de las organizaciones políticas, militares, revolucionarias, terroristas, así como los libros escritos por sus principales líderes, siempre sostuvieron que estaban en guerra con el objeto de tomar el poder.

Que si en este conflicto armado se hubieran vulnerado las normas referidas a los distintos convenios de Ginebra y sus protocolos complementarios, quienes lo hicieron cometieron ‘crímenes de guerra’ debidamente caracterizados en el Derecho Internacional de Guerra y no “crímenes contra la humanidad” -crímenes de lesa humanidad-, por cuanto éstos corresponden a otras circunstancias y a otros móviles.

  1. 1. La “revolución” en tiempos de pandemia.

 

Las organizaciones revolucionarias armadas -declaradas ilegales- fueron derrotadas en combate por las Fuerzas Legales argentinas, que obtuvieron así una total “Victoria Táctica sobre el terreno.

El 10 de Diciembre de 1983 asumió la presidencia de la República Raúl Alfonsín, perteneciente a la UCR -que lo mantuvo alejado de la cúpula partidaria durante años- y adscripto al PRT.  Como tal, fue defensor ante los Tribunales de Justicia de los jefes del ERP. Con él, la “revolución” trasegó desde el “estalinismo” -castro-comunista- al “gramscismo”-socialdemócrata-. De la “estrategia de la acción” se pasó a la “estrategia indirecta” -al empleo de todos los medios, menos de la fuerza, siendo el asalto al cuartel de La Tablada una llamativa excepción, en 1989-.

Pocas horas después de hacerse cargo de la presidencia –el 13 Dic 83 firmó el Decreto 158/83 -traído desde Oxford (RU) luego de la derrota del Atlántico Sur- que “trastocó” a la citada “Victoria Táctica” en absoluta Derrota Estratégica” de los argentinos.

 

Esa fecha -13 Dic 83- debe considerarse un hito histórico argentino en el que, quien es considerado hoy -por algunos- “fundador de la nueva democracia argentina”,

  • puso la piedra fundacional de la una nueva profunda grieta que la sociedad argentina aún somatiza -cada vez más profunda- quebrando la Unidad Nacional,
  • inició la destrucción institucional de las FFAA, de Seguridad y Policiales y de la Justicia Penal Federal, con lo que abrió la senda que nos lleva -aceleradamente- al Estado Fallido,
  • dio lugar a la aparición de centenares de organizaciones que llevan adelante la Política de Derechos Humanos -PDDHH- como encubrimiento de un mega-negociado jurídico, a través de amañados e ilegales Juicios de Lesa Humanidad que
  • han permitido -en las últimas tres décadas- la explotación política del éxito estratégico alcanzado por el castro-comunismo -a través del “trastocamiento” logrado por el perverso Decreto 158/83-: sucesivos gobiernos continuadores de la “guerra revolucionaria” que alcanzaron el poder a través del voto y del “relato político falaz” de una pseudodemocracia. Surgieron así -en el ámbito político- los términos “progresista” y/o “transversales” como sigiloso encubrimiento de los “neorrevolucionarios”.

 

En 1989/91 implosionó el paradigma comunista mundial, la URSS. Fidel -PCC- y Lula -PTB- crearon -sin demora- el “Foro de San Pablo” órgano de conducción político-estratégico alternativo de la “revolución comunista” en Iberoamérica- El estalinismo opera -desde entonces- coludido con la socialdemocracia.

 

Con motivo de los graves sucesos ocurridos en estos días en Cuba, hemos visto por TV -azorados- una escena probatoria de lo que hemos afirmado más arriba: la eficacia en la manipulación cerebral de la izquierda internacional:

Frente a la Embajada Cubana en el Barrio de Belgrano de la CABA, el 13 Jul 21, un cordón policial separaba a dos grupos exaltados. En una vereda estaban los cubanos residentes en nuestra Patria reclamando por la LIBERTAD de sus conciudadanos, aporreados y detenidos por la dictadura comunista de la Isla y, en la vereda de enfrente, un grupo de “¿!argentinos!?” -visiblemente oficialistas- apoyando a la dictadura comunista de Cuba, la “democracia de partido único” que ejerce la dirección del proceso revolucionario iberoamericano desde 1959 hasta el día de hoy. A ella aspiran ingresar estos “trabajadores kk” del siglo XXI.

Hemos llegado a un extremo crítico que nos avergüenza ante el mundo. Tenemos un presidente hipócrita que “ignora lo que ocurre en Cuba”, que ve una “visible mejoría en la situación de los Derechos Humanos en Venezuela” y que apoya a los regímenes autocráticos-totalitarios del mundo entero, enfrentándose simultáneamente con los países del vecindario en el Cono Sur.

Un presidente que carga sobre su conciencia con la muerte de más de 100.000 argentinos por retardar el ingreso de las vacunas estadounidenses a lo largo de ocho meses, ocultando los motivos de tal perversidad.

Xi

El desarrollo de la presente situación internacional -condicionada por una cruel pandemia viral- ha disipado a las cortinas de humo creadas por las falacias revolucionarias regionales. Si bien la dirigencia política opositora aun no ha reunido el suficiente coraje para decir la VERDAD, el surgimiento de “candidatos independientes” sin inhibiciones, la proximidad de los comicios y los acontecimientos que están en curso en Cuba, permitirían hacer saber -oportunamente- al electorado que nuestro presidente y su vice revistan en el Foro de San Pablo y en el Grupo de Puebla, órganos de conducción política y estratégica de la revolución castro-comunista, que tiene como eje al partido comunista cubano.

Si la presente crisis socioeconómica evolucionara a insurgencia política y derrumbe de la “nomenclatura” habanera, un efecto dominó continental sería altamente probable afectando al resto de los actores regionales -incluida los kk-, afectados por la caída del simbólico comunismo revolucionario más antiguo de las Américas.

Un indicio de la intención -ya inocultable- del actual gobierno nacional lo ha dado el sincericidio de un diputado kk. Con fecha 13 Jul 21 nos enteramos -a través de un artículo firmado por Ernesto Simón en “el País” de San Juan- que:

Gioja reveló que el Gobierno del PJ busca implementar el sistema comunista chino en Argentina. Así lo contó en un informe difundido por China Global Television Network en Español, donde el expresidente del PJ es entrevistado y reconoce que admira al presidente Xi Jinping y establece estrechas similitudes entre el Partido Comunista de China y el Partido Justicialista de Argentina. Durante el informe, Gioja es entrevistado como diputado del PJ y revela una serie de similitudes entre ambos partidos. Además asevera que la relación entre Argentina y China se viene estrechando desde hace varios años y desliza la posibilidad de que en nuestro país se pongan en marcha muchas medidas similares a las que implementó el comunismo chino”.

A CONFESIÓN DE PARTE, RELEVO DE PRUEBA. Se trata del “salto de garrocha” que venimos anticipando desde hace tiempo. Paralizados -por extemporáneos e ignorantes- y al borde del abismo, estos personajes irrelevantes de la pequeña política buscan en el cambio de sistema, su propia salvación. Pretenden lo inviable: pasar del Occidente Cristiano al Oriente Asiático -budista o confucionista- como si tomaran un vaso de agua. Al “revolucionario marxista” Gioja alguien debería avisarle que Xi fusila a los corruptos.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Julio 19, 2021