El objetivo es profundizar la represión financiera del sistema y controlar a los ahorristas para evitar que puedan acceder al dólar. Con la misma idea, el “Bolívar digital” lanzado por la dictadura chavista fracasó estrepitosamente y el país sigue lidiando con una tasa de inflación superior al 300% todavía
El ministro de Economía acompañó el anuncio prometiendo una nueva ley de blanqueo de capitales que trataría de incentivar la repatriación de activos argentinos girados al exterior. Este esquema es idéntico al que llevó a cabo la dictadura chavista de Nicolás Maduro en Venezuela desde 2017, pero fracasó estrepitosamente.
El chavismo lanzó oficialmente el “Petro” digital a través de la Gaceta Oficial Nº 41.296 el 8 de diciembre del año 2017, paralelamente a la “Superintendencia de la Criptomoneda y Actividades Conexas” para administrar y monitorear su uso efectivo en la economía.
Por otra parte, a partir del segundo semestre de 2018 el régimen de Maduro también incorporó un “decreto de blanqueo” a través de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (SUDEBAN), con el mismo objetivo que persigue hoy Sergio Massa.
Los resultados fueron catastróficos. En lugar de apostar por un plan de estabilización serio para contener la inflación, la dictadura chavista depositó su confianza en tratar de remendar un sistema económico completamente agotado como el que también trata de salvar el kirchnerismo en Argentina.
Venezuela no logró estabilizar los precios con estas medidas. La tasa de inflación mensual de diciembre de 2017 llegó al 85%, y a pesar de la moneda digital y el blanqueo de remesas, para mayo de 2018 los precios se dispararon un 110% y la variación siguió escalando hasta el 233% en el mes de septiembre. Lejos de detenerse, el proceso hiperinflacionario se acentuó todavía más.
Para mediados del 2021 la hiperinflación obligó a Maduro a lanzar un nuevo signo monetario, y el dictador chavista insistió con esta idea. Nombró a la nueva moneda como “Bolívar digital” el 5 de agosto de aquél año, a través del Decreto N.º 4.553 publicado en la Gaceta Oficial N.º 42.185.
Dicho bolívar le quitó 6 ceros al anterior “Bolívar Soberano”, y a pesar de su nombre, la moneda fue emitida en papel, pero el Banco Central de Venezuela se reservó el derecho a intentar un nuevo proceso de digitalización en los próximos años. Nada de esto logró derribar la inflación.
Al día de hoy, 6 años después del lanzamiento del Petro digital, la tasa de inflación interanual de Venezuela ronda el 396%, y la variación mensual de los precios oscila entre 6% y 40% desde enero de este año. Ninguna de las medidas de represión financiera consiguió detener el derrumbe del bolívar y la huida al dólar. Aún con todo, Massa propone repatriar el modelo venezolano a la Argentina con la vaga esperanza de que esta vez pueda funcionar.
Las propuestas del candidato del kirchnerismo desnudan una realidad evidente: el equipo de Massa no está en condiciones de aplicar un plan para estabilizar los precios. No posee ni la credibilidad ni las herramientas necesarias para llevarlo a cabo, ni tampoco el apoyo político dentro de la coalición de partidos que componen el armado oficialista (muchos de ellos radicalizados a la extrema izquierda).