Principios que debería cumplir una IA para ser considerada "buena para el ser humano":
1. Dignidad Humana: La Iglesia católica enfatiza que la dignidad humana debe ser central en cualquier desarrollo y aplicación de la IA. Las tecnologías no deben deshumanizar ni reducir la dignidad de las personas.
2. Responsabilidad Ética: La IA debe ser desarrollada y utilizada de manera que respete los principios éticos. Los desarrolladores y usuarios de IA tienen la responsabilidad de asegurar que sus aplicaciones promuevan el bien común y no causen daño.
3. Bien Común: La tecnología de IA debe servir al bien común, mejorando la vida de todas las personas, especialmente las más vulnerables y marginadas. La Iglesia insiste en que el progreso tecnológico debe estar al servicio de toda la humanidad y no solo de unos pocos.
4. Justicia y Equidad: La IA debe ser utilizada de manera justa y equitativa, evitando la creación o perpetuación de desigualdades. La Iglesia llama a evitar la discriminación y a garantizar que los beneficios de la IA se distribuyan de manera justa.
5. Trabajo Humano: La automatización y la IA no deben reemplazar el trabajo humano de manera que dejen a las personas sin empleo o sin sentido de propósito. La Iglesia promueve una transición justa en la que las personas afectadas por la automatización sean apoyadas y capacitadas para nuevas oportunidades.
6. Privacidad y Seguridad: La IA debe respetar la privacidad y la seguridad de los individuos. El uso de datos debe ser transparente y respetuoso de los derechos de las personas.
Uno de los documentos importantes en este contexto es el "Rome Call for AI Ethics", un llamado emitido por la Academia Pontificia para la Vida en 2020, que promueve el desarrollo de una IA centrada en la persona, que respete los valores de la Iglesia y que sea transparente, inclusiva, imparcial y confiable.