Desde el año pasado la fiscalía dispone de tres efectivos con dedicación exclusiva. Investigan los pasos de Jorge Salazar Oporto y Alexis Cortés Torres.
Desde el 7 de marzo del 2012, día en que asesinaron al sargento José Aigo hasta la fecha, los nombres de Jorge Antonio Salazar Oporto y de Alexis Alfredo Cortés Torres resuenan con estridencia en los oídos de la policía provincial. Su búsqueda es también prioritaria en la fiscalía neuquina, que para lograr su captura montó hace poco más de un año una unidad específica abocada a investigar el paradero de los prófugos.
Con varias carpetas que rebalsan de papeles y una pared con decenas de fotos e hilos que conectan los rostros, la escena parece digna de una película policial de Hollywood, pero la imagen es dentro de una oficina pequeña en Neuquén. Es una célula dispuesta por la Jefatura de Policía, integrada por tres efectivos y funciona en coordinación con el ministerio Público Fiscal, pero a su vez trabaja con la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) y el ministerio Público Fiscal de Chile.
Los avances en las investigaciones son lentos y los rostros de los forajidos un enigma, porque las últimas fotos que se tienen datan de más de 10 años. Su paradero es una incógnita y para el fiscal general, José Gerez, esto se debe al entrenamiento político y militar que han tenido, lo que les permite ser escurridizos.
“Las claves para entender la búsqueda está en saber que son dos personas con entrenamientos militar y político para evadirse y para resistir, tienen código rojo de Interpol que significa peligroso y armado”, sostuvieron Gerez y los integrantes de la unidad especial cuya identidad es reservada.
Quienes investigan anónimamente el caso explicaron que “la preparación política se explica en que ellos buscan esa estructura en determinados gobiernos para conseguir apoyo. No son delincuentes normales, tienen preparación militar, porque según los antecedentes tienen orientación en uso de armas y armado de explosivos”.
Señalaron que en su paso por Argentina, antes del homicidio, vivieron durante un año en Mallín Ahogado, en El Bolsón, y que el objetivo que tenían era “crear una escuela de guerrilleros. En distintos allanamientos se han secuestrado elementos para la fabricación de explosivos, algo que solo se aprende con conocimiento militar”.
Gerez explicó que el modelo de investigación que propuso la fiscalía fue replicado al otro lado de la cordillera y que “en Chile hace 20 años que buscan a Salazar Oporto y recién ahora, hay esperanzas para llegar al paradero de los dos. Ellos se enteran de su paradero por el crimen de Aigo. Porque son tipos entrenados para desaparecer y vivir en el anonimato”.
Alexis Cortes Torres |
Jorge Antonio Salazar Oporto
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