PATRIA, NACIÓN Y PUEBLO - Jordán Bruno Genta


PATRIA, NACIÓN Y PUEBLO

por Jordán Bruno Genta


Patria, etimológicamente, es lo que se refiere al padre o a los padres, no en la generación carnal, sino en la continuidad solidaria de las generaciones, de familias que se han esforzado, disfrutado y sufrido juntos, edificando sus hogares, sus Iglesias, sus ciudades, sus instituciones, sus usos, esto es, todo lo que promueve y preserva una buena vida humana. Patria es una tierra y sus muertos; una tierra cultivada y una tradición que dura, donde se hunden las raíces del hombre real, de cada uno de nosotros. Sin Patria es un desarraigado, sin esa memoria colectiva que es la historia verdadera, sustancia misma de la Patria. Por eso es que Pío XII en una de sus alocuciones (20-2-1946), nos enseña que "el hombre, tal como Dios lo quiere y la Iglesia lo abraza, no se sentirá jamás firmemente consolidado en el espacio y en el tiempo sin territorio estable y sin tradiciones". Y subraya que la Iglesia "tiene el cuidado de unir de todas las maneras posibles, la vida religiosa con las costumbres de la Patria".

Nación significa lo mismo que Patria; pero no del mismo modo. Hay un matiz diferencial, Patria se refiere propiamente a la herencia común, al patrimonio de bienes espirituales y materiales comunes. Nación son los herederos; el conjunto de familias y de generaciones contemporáneas, continuadoras y solidarias con el pasado, que deben procurar defender, consolidar y hacer prosperar el Bien Común temporal, en la misma del Bien Común trascendente y eterno que es Dios.

Pueblo es la multitud que integra una nación; pero la multitud organizada, disciplinada, jerarquizada. La multitud informe, anarquizada y subvertida no es pueblo, sino masa.

El sentido de Patria tiene primacía sobre el de Nación o de pueblo, porque se refiere a la esencia y al fin de una individualidad histórica o "unidad de destino en lo universal". Y como enseña Santo Tomás, el culto de la Patria es un acto de la virtud de la piedad, subordinado al culto de la Religión.

El amor a la Patria, el sentimiento del patriotismo en su expresión más elevada, es la abundancia del corazón en la piedad hacia el pasado, en el orgullo de proseguir en el presente y con la esperanza de un futuro de grandeza, el cumplimiento de un destino histórico intransferible, asumido desde el principio por los padres de la Patria.

Quiere decir que la Patria es una esencia fija e inmutable como la Bandera de Guerra que es un símbolo y el precio de su existencia soberana. Y esa esencia de destino, de misión, se revela y se hace conciencia en su historia verdadera, porque la Patria es la historia de la Patria.

La verdad histórica es la exigencia primera del patriotismo. "Comete una infidencia el que la falsifica, convirtiendo los sucesos del pasado en armas para los combates de hoy: 

La historia es la Patria. Si nos falsifican la historia es porque quieren robarnos la Patria" 

(Hugo Wast: Año X, cap. 1, pág. 29.)