–¿Y ahora, después del tremendo barullo que ha armado usted con lo de los filolefebvrianos, qué hacemos?
–Ad primum: el barullo no lo he armado yo, sino ellos, que yo escribí con orden y paz, con datos y argumentos, y sin mencionar ni insultar a nadie. Ad secundum: conviene pensar y escribir con calma, y eso exige ahora esperar unos cuantos días o semanas a que pase la tormenta.
Este artículo de ahora viene a ser, pues, un descanso reflexivo, una pausa. Relajémonos un poco, en el mejor sentido del término.
Yo he descrito en dos artículos, sin nombrar a personas o grupos concretos, un catolicismo vinculado más o menos a Mons. Lefebvre, que adolece de graves desviaciones en algunas importantes cuestiones. Y algunos, auto-identificándose con la descripción, se han sentido ofendidos, han protestado en diversos medios de internet con gran energía y agresividad, publicando una avalancha de argumentos y documentos contra mis artículos.
Se sienten muy dolidos. Y se comprende perfectamente. Los filo-lefebvrianos están acostumbrados a ser impugnados por los progre-modernistas, en una palabra, por los herejes; pero no por católicos tradicionales como yo. A los ataques de los progresaurios ya están acostumbrados; pero quedan totalmente descolocados y perplejos cuando reciben de pronto la impugnación de uno que, como yo, describe exactamente sus errores, después de haber escrito en este mismo blog más de un centenar de artículos en los que denuncio los abusos e infidelidades que se producen frecuentemente en las Iglesias del Occidente descristianizado, y en los que critico a Marciano Vidal, Anthony De Mello, Olegario, Borobio, Flecha, Schillebeeckx, Haight, Sobrino, Rahner, Küng, Pagola, etc.; y en los que, más aún todavía, rechazo los errores de los luteranos, de los quietistas y, lo que ya es el colmo, de toda la piadosa corte aparentemente correcta de semipelagianos, que hoy quizá son mayoría entre los buenos católicos. Puede repasarse el Índice de Reforma o apostasía para comprobar que digo la verdad.
Los contradictores de mis artículos parecen no entender que una cosa es ser tradicional y otra ser lefebvriano o filolefebvriano. Los católicos, para ser católicos, hemos de ser todos tradicionales, como también hemos de ser al mismo tiempo bíblicos y fieles al magisterio apostólico de todos los Concilios y del Papa. «Tradición, Escritura y Magisterio de la Iglesia, según el plan prudente de Dios, están unidos y ligados, de modo que ninguno puede subsistir sin los otros» (Vaticano II, DV 10). Por eso de ningún modo criticamos a los lefebvrianos o filolefebvrianos por su amor a la Tradición católica, sino porque, actuando y pensando contra ella, –admiten las ordenaciones episcopales cismáticas, realizadas contra la Ley de Iglesia y la voluntad expresa del Papa, –mantienen durante varios decenios, y todavía hoy, «reservas sobre la obediencia a su autoridad doctrinal [del Papa] y a la del Concilio» (Benedicto XVI, 10-III-2009), –y resisten contra la Liturgia católica en su forma ordinaria actual, que es la renovada en 1970 por Pablo VI, como si fuera inconciliable con la liturgia antigua.
Entendemos los sufrimientos de Mons. Lefebvre y de sus seguidores ante las infidelidades doctrinales, disciplinares y litúrgicas habidas en la Iglesia, y participamos del mismo dolor. Éste es el tema del presente blog, Reforma o apostasía. Pero no aceptamos aquellos aspectos del lefebvrismo que, como dice Benedicto XVI en la carta citada, necesitan «arrepentimiento y la vuelta a la unidad. Por desgracia, veinte años después de la ordenación [causa de las excomuniones hace poco levantadas] este objetivo no se ha alcanzado todavía».
Ha habido muchos comentarios favorables a Filo-lefebvrianos -I y -II, y me han alegrado especialmente aquellos que proceden de mis compañeros más próximos.
–Juanjo Romero: «Por los comentarios ya se ve que era un “poste” muy necesario. Lo suscribo de la cruz a la raya. Muchísimas gracias. Me tomo la licencia de publicarlo en conoZe.com». –Bruno Moreno: «Muy bueno el artículo, que suscribo de principio a fin». –Eleuterio Fernández: «Me parece la suya una explicación más que importante al respecto del asunto de los llamados “filolefebvrianos” que debería hacer callar muchas voces». –Luis Fernando Pérez Bustamante: «Como director de InfoCatólica hago mío este post del P. Iraburu. Hacía mucha, muchísima falta un texto como éste». –Guillermo Juan Morado: «Muchas gracias por este artículo tan claro y valiente. El ejemplo de los santos, al que usted alude, es una “prueba de fuego”». –Miguel Vinuesa: «Las puntualizaciones hechas aquí ya no responden a la mera opinión. Son hechos». –Daniel Iglesias: «Muchas gracias, P. Iraburu. Excelente artículo». –José Miguel Arráiz: «Otro clásico que tomaré con su permiso padre para enriquecer ApologeticaCatolica.org». –Nelson Medina: «Esclarecedor. Útil. Referencia obligada cuando se hable de estos temas». –Ricardo de Argentina, lo cito como digno representante de los numerosos comentaristas amigos de InfoCatólica: «Este post suyo, monumental a mi pobre juicio, va a hacer muchísimo a favor de la reintegración plena de la Fraternidad al seno de la Iglesia». No les cuento todo lo que mi pobre ego ha engordado con éstos y otros elogios, ya que se lo pueden imaginar.
Pero también son muchos los que en sus comentarios han combatido fuertemente contra estos artículos sobre el filolefebrismo y contra su autor. Y también, por el mismo precio, han cargado algunos muy duramente contra InfoCatólica. Comienzo por citar algunos de los comentarios a los artículos Filo-lefebvrianos-I (138) y –II (150), que estuvieron abiertos unos tres días cada uno. Recojo algunas frases más significativas.
–Cipitria: «Está disparando usted contra molinos de viento, refugiándose en adversarios que no existen, para argumentar con pereza… Decepcionante infoCatolica y muy hábil diviendo a la Iglesia. Eso es muy grave».
–In diebus illis: «Denos soluciones porque esto se derrumba, usted guarda la ropa y el resto nos toca bregar contra los frutos del modernismo implantado y consentidos desde la cabeza de la Iglesia Romana». «Usted… intentaría justificar que se puede ser tradicionalista adminitiendo una misa bastarda. ¿Por qué no hace un examen comparativo del nuevo happening protestante con la verdera misa católica?». Misa bastarda y verdadera Misa católica…
–Lucas: «Sigue usted sin aclarar cuál es el motivo que le ha llevado a publicar su serie sobre los filo-lefebvrianos, ni sin definir lo que es un filo-lefebvriano. La Santa Sede lleva años en un proceso de acercamiento con los cuatro Obispos de la FSSPX ¿y va usted y publica este artículo?».
–Lautaro: «Padre Iraburu: Lo he seguido durante años; he repartido sus obras entre mucha gente, por el bien que hacía Ud. … Déjeme Ud. decirle que lo considero un hipócrita y un cobarde. Romperé todas sus obras y las reemplazaré por las de alguna persona que no se parezca tanto a los fariseos de los tiempos de N. Señor… Me confirman que ha hecho Ud. todo esto como un “servicio” bien remunerado, precisamente por ser quién es, y que ha partido más de su soberbia que de su entendimiento».
–Fernando: «Me pregunto qué busca el padre Iraburu con este ataque frontal, extemporáneo e inicuo contra la Fraternidad… ¿Debía algún favor que tuvo que pagar?»
–Longinus, Lefebvrista: «Los últimos eventos de la Iglesia justifican plenamente las acciones de Msr. Marcel Lefebvre, ergo la beatificación de Juan Pablo II, la reunión de Asís… oro porque NO se llegue a la plena comunión, si es que el resultado va a ser la demolición o emasculación de la Fraternidad de San Pío X, lo que ya ha pasado repetidas veces con otros institutos Tradicionales».
–Piel de Toro, en referencia a un texto en que yo había citado al «sagrado Concilio Vaticano II», comenta: «Don José María, solo decirle que casi me desmayo leyendo lo del “sagrado” CVII. “Sagrado»? Por favor, nos lo puede explicar lo de “Sagrado”?!!!!!!!»
–un sacerdote catolico: «Es evidente, los hechos y muchos textos lo prueban, que los papas desde Juan XXIII están imbuidos de un espíritu liberal, progresista. Desde Juan XXIII la Francmasonería tiene los papas que esperaba. No solamente los papas, sino también buena parte de la jerarquía. Los últimos y próximos hechos de Benedicto XVI lo prueban ampliamente (libro “Luz del mundo” con una posición dudosa sobre el preservativo, anuncio del próxima beatificación de JP II el papa más escandaloso de la historia de la Iglesia, y el anuncio de la próxima reunión de Asís, insulto supremo a NSJC único salvador). El padre Iraburu esta de acuerdo que existe modernistas progresistas al interior de la Iglesia. Pero por una ceguera voluntaria se niega a considerar que también el papa puede ser modernista».
Les invito a explorar también aquellos otros sitios de internet que han combatido mis artículos sobre el filo-lefebvrismo. Sus artículos, y algunos de los comentarios que los refuerzan, pueden ayudarles a conocer mejor, en vivo, la realidad real, no fingida, no inventada, del mundo lefebvriano y filo-lefebvriano, así como la variedad multiforme de sus modalidades. Mientras yo descanso y rezo, reflexiono y preparo con calma mi Filo-lefebvrianos-IV, pueden ustedes asomarse, si el tema les interesa, a los lugares que paso a indicarles.
–Don Angel David Martín Rubio publica en su blog de Religión en libertad dos artículos de un tal Petrus Hispanus, autor anónimo muy próximo a él, por lo visto: Filo-lefebvrianos. Una respuesta a D. José María Iraburu y El espléndido aislamiento de D. José Mª Iraburu. No los comento, porque tienen una argumentación muy pobre. Sí, en cambio, conviene destacar la imagen que ilustra el segundo artículo, y que he reproducido en este mío: Pablo VI, quejoso de que «el humo de Satanás está entrando en la Iglesia», es quien realmente lo está fomentando al haber promulgado el Novus Ordo litúrgico postconciliar, «la Misa bastarda» de que hablaba aquel comentarista ya citado.
No entiendo bien en qué sentido Don Ángel David Martín Rubio alude al espléndido aislamiento de D. José Mª Iraburu. De un lado, son numerosos los que han apoyado mis artículos; y de otro lado, mucho más importante, gracias a Dios, estoy en comunión plena con unos 4.000 Obispos católicos unidos al Papa, y tengo muchos amigos. ¿Cómo explica Don Ángel David mi aislamiento?… Esto me recuerda a un locutor inglés que, hace cuarenta años, anunció por la radio: «en el canal de la Mancha un gran banco de niebla mantiene aislado al continente europeo».
–In diebus illis reproduce esos dos artículos, indicando su origen, y cambiándoles título e imágenes: Adversus Iraburu: o cómo se arría la bandera y Adversus Iraburu II: o como la burra vuelve al trigo. Los introduce diciendo que yo soy como «caña agitada por el viento» (Lc VII,24)», que ataco al «hombre que salvó la doctrina, la Tradición, el sacerdocio católico y el Santo Sacrificio frente a la ruina que se cebaba en el resto de la Iglesia. Con la complicidad de grandes cardenales y grandes obispos y teólogos que callaban y se tragaban el sapo. Estos cómplices, línea media, cobardes, que destilan los textos del CV2 para intentar hacerlos compatibles con la verdadera ortodoxia católica [desvergonzados], son los que más daño hacen a la Iglesia».
La imagen que he puesto –la CEE nos quita la fe– está tomada de este blog, que como se ve, es sumamente primario. Al final de los dos artículos que reproduce, da los enlaces a infoCaótica que indico a continuación.
–infoCaótica es un blog nacido para combatir mis artículos sobre los filolefebvrianos y, me figuro, que contra InfoCatólica en general. InfoCatólica comunicó el nacimiento de infoCaótica en su blog La Caverna, con un artículo de Arqueológicus Brutote, eminente cavernícola, titulado Se amplía el negocio. Este nuevo sitio comenzó su andadura publicando Glosas al último (Deo volente) artículo del P. Iraburu (I), Glosas al último (Deo volente) artículo del P. Iraburu (II) y Glosas al último (Deo volente) artículo del P. Iraburu (III).
Hay que confesar que estos infocaóticos son eruditos, discurren mucho, aunque no bien, y argumentan con una sofisticada dialéctica, que recuerda a aquellos rabinos que interpretando el Talmud «colaban un mosquito y se tragaban un camello» (Mt 23,24). Son capaces de contarle los pelos a un conejo, pero no distinguen un toro de una vaca. Bruno Moreno los retrata muy bien en De perdices mareadas, cismas y lefebvrianos.
Estos infocaóticos justifican, por supuesto, las ordenaciones episcopales de Mons. Lefebvre, y no ven en ellas desobediencia alguna. Apoyan sus argumentaciones en los más sólidos pilares. –Santo Tomás de Aquino enseña que la ley injusta no obliga, y que puede ser obligatorio resistirla en conciencia (STh I-II, 96,4). La obediencia, si cae en el exceso, se hace servil (II-II, 104,2). –San Roberto Bellarmino dice que «a aquel que tratase de destruir la Iglesia, es lícito resistirle, no haciendo lo que manda e impidiendo la ejecución de su voluntad» (De Romano Pontifice II, 29). –El Card. Charles Journet: «Uno puede imaginar la realización de un acto canónico, con toda buena fe, que en realidad sea contrario a la ley natural o evangélica. En tal caso, la obediencia será imposible, y será mejor aceptar la excomunión con fe y humildad».
Los infocaóticos aplican estos altos y nobles principios al caso extremo de Mons. Lefebvre, que ordena Obispos viendo necesaria la Fraternidad de San Pío X para asegurar «la continuidad de la Iglesia». Empeñados los Papas postconciliares en la destrucción de la Iglesia, y exigiendo la ley canónica y el mandato del Papa un acto contrario a la ley evangélica, supo Lefebvre resistir los mandatos injustos, también el del Papa, y evitando una obediencia servil, hizo lo que exigía el bien de la Iglesia, aceptando la excomunión humildemente. Una excomunión, que al ser radicalmente injusta, era inválida… Qué esfuerzos formidables realizan estos grandes ingenios infocaóticos, tan dignos de ser empleados en mejores causas.
–Martin Ellingham cuelga en el portal de documentos Scribid.com su artículo 24 tesis anti-filolefebvrianas. Las publicó también en el blog Wanderer. Y las enlazó también desde un hilo que abrió en los foros generales de discusión de Catholic.net. Estas 24 tesis de Ellingham, haciendo parodia de mi pensamiento –recurso en principio aceptable en las polémicas–, muestran a qué consecuencias tan absurdas puede llevar.
La tesis 12, por ejemplo, dice: «Desde la perspectiva de la moral cristiana toda desobediencia es “cisma material”. Así, por ejemplo, los clérigos que no cumplen la obligación de llevar trajeeclesiástico incurren en el pecado de “cisma –material”». Si mi pensamiento lleva a esa estupidez, es claro indicio de que tengo que rehacer mi pensamiento. Ay, madre: a mis años.
–Ex-Orbe, uno de los varios blogs de un agudo escritor, que aquí firma Terzio, publica Sobre un articulete del p. Iraburu. Comienza con un elogio de mi pobre persona, para pasar en seguida a afirmar que la degradación postconciliar en modo alguno halló resistencia suficiente en «el formidable figurón» de Don Marcelo y los toledanos, ni en el padre Rivera o el padre Mendizábal, ni tampoco en el juanpablismo. Ni tampoco en mí y mis análogos. Yo le parezco «un tanto patético, caballero de la triste figura, lanza en ristre». La verdadera resistencia se centró y centra en los lefebvrianos. Él no se identifica del todo con ellos, pero me reprocha: «Minar a los resistentes es una forma de aliarse, se reconozca o no, con el enemigo… Yo prefiero admirar a los del castillo, lo confieso… Tengo claro, muy claro, que no son el enemigo. Todo lo contrario».
–Catholic.net es el sitio en el que Miles_dei abre un foro de discusión muy prometedor, El Padre Iraburu y los filo-lefebvrianos, pero solo duró un día, ya que fue cerrado por la nueva Directora de Catholic.net, Sra. Mayra Novelo. Dios se lo pague.
–Asando la Manteca es el blog donde Museros nos explica en Filomeno, a mi pesar que entre los protestantes y la FSSPX lefebvriana hay una gran diferencia. Nos lo sospechábamos.
–Coronel Kurtz, en su artículo Correo recibido: Cuando un moralista escribe a pedido sobre lo que no sabe viene a afirmar eso: 1º, que el abajofirmante escribe «a pedido» (yo le rogaría que me diga, por favor, a pedido de quién, para poder pasarle la factura: no olvide darme su NIF); y 2º, que escribo «de lo que no sé». En tales condiciones mis artículos caerán inevitablemente en abismos de oscuridad y estupidez.
Ya ven ustedes cómo está el patio de lefebvrianos, filolefebvrianos y compañeros de ruta. Y una vez visto, ya me dirán ustedes también si no era y es necesario decirles unas cuantas verdades: por amor a ellos y por amor a la Iglesia. Pero no me lo podrán decir ustedes en la Sala de Comentarios, ya que en esta ocasión la dejo cerrada. Estar dos o tres días pendiente de la moderación de los comentarios es muy laborioso, y lo que yo necesito ahora es descanso, oración, reflexión, calma, salir de la UCI después de ser el epicentro de una tormenta internética tan fuerte, y preparar cuidadosamente, con el favor de Dios, el Filo-lefebvrianos-IV.
Acompáñenme con su oración.
José María Iraburu, sacerdote