1.4. EL DARWINISMO COMO JUSTIFICACIÓN DEL COLONIALISMO
Al publicarse "El Origen de las Especies", el "hombre blanco" (es decir, los EEUU) imponía rápidamente su dominio sobre otros continentes y civilizaciones. Junto con algunos estados Europeos, particularmente Inglaterra y Francia, harían los mayores esfuerzos por colonizar la mayor parte del sur de Asia, toda el Africa y parte de América Latina. Mientras tanto el "hombre blanco" llevaba a cabo la masacre de los indígenas en América del Norte. Los EEUU se expandían hacia el Oeste matando a todos los nativos que vivían en sus tierras.
En resumen, en esa época, principalmente en la segunda mitad del siglo XIX, el mundo sufría la más severa forma de imperialismo. Occidente saqueaba otras civilizaciones valiéndose de la tecnología que poseía.
Así y todo Occidente sentía la necesidad de encontrar una explicación que justifique sus procederes, de la misma manera que lo hacen los villanos. Occidente mataba con toda libertad a los africanos, a los indígenas, les arrebataba las regiones donde moraban y se las confiscaba. La historia registró todo eso muy bien y esos arrebatadores sabían que se los recordaría como ladrones e incluso saqueadores si no podían dar una explicación que justificara todo lo que hacían.
En este punto el darwinismo ofreció una gran oportunidad a los imperialistas al proveerles un fundamento "científico" a la afirmación de que los "malignos" nativos eran una "especie de animales". Darwin reivindicaba que el ser humano evolucionó a partir de un ancestro tipo mono. Además, como se menciona en la larga introducción de "El Origen de las Especies", había algunas "razas favorecidas por la naturaleza" en el proceso de evolución. La raza favorecida era la del "hombre blanco". Los indios, los africanos y los nativos del resto del mundo constituían las razas incivilizadas en dicho proceso. Ni siquiera eran homo sapiens. "Domar" a estas razas como si se tratase de animales, confiscarles las tierras y usarlas como esclavos, era tan legítimo como la domesticación de los monos o de otros animales por parte de los homos sapiens (es decir, el "hombre blanco"). Éste incluso aseguraba que por medio de la introducción de la cultura "avanzada" en las razas "primitivas", les hacían un bien y las ayudaban en su evolución.
Esta forma de pensar que se desarrolló como consecuencia de la aplicación de la teoría de la evolución a las sociedades, se conoció más tarde como darwinismo social y se convirtió en el mayor argumento de justificación del imperialismo y la clave más importante del racismo. De acuerdo al antropólogo indio Vidyarthi,
"La teoría de Darwin de supervivencia del más apto recibió una bienvenida clamorosa por parte de los científicos de esa época, pues creían que el género humano había logrado varios niveles de evolución que culminaban en la civilización del hombre blanco. En la segunda mitad del siglo XIX el racismo fue aceptado como una realidad por la vasta mayoría de los científicos de occidente".
Uno de los principales proponentes del racismo anglosajón, el clérigo protestante y evolucionista Josiah Strong, empleó la misma lógica. Escribió en una oportunidad:
“Entonces el mundo entrará en una nueva etapa de su historia, es decir, a la competencia final de las razas, para lo cual están siendo aleccionados los anglosajones. Si no estoy equivocado, esta raza poderosa llegará hasta México, hasta América Central, hasta Sudamérica, a las islas, a los mares, al África y más allá. ¿Puede alguien dudar que el resultado de esta competencia será la supervivencia del más apto?”. Josiah Strong
El darwinismo social proveyó los fundamentos no sólo para los imperialistas y racistas de Inglaterra sino también para los de otros países. A esto se debe que se expandió rápidamente. El presidente norteamericano Theodore Roosevelt fue uno de los primeros defensores del darwinismo y fue el principal defensor y rufián de la operación de purga étnica practicada en detrimento de los indios, a la que se denominó "destierro". En los cuatro volúmenes de su obra titulada "El Triunfo del Oeste" expone como correcta la ideología (que promueve) las matanzas y sostiene que la "guerra racial" para terminar con los indios era inevitable. El apoyo más grande que encontró para hacer lo que hizo fue el darwinismo, el cual le dio la oportunidad de definir a los nativos como "especies primitivas". No sorprende para nada que en ese período se hayan violado todos los acuerdos hechos con los indios, cosa prevista y considerada como legítima por Roosevelt al tomar como fundamento la falacia de Darwin de "especies primitivas". En 1871 el Congreso de los EEUU dejó a un lado todos los acuerdos pactados con los indios y decidió desterrarlos a las tierras yermas con la esperanza de que allí encontrasen la muerte. Dado que no consideraban que los indios fuesen "seres humanos", nos imaginamos el valor que le pudieron haber dado a los acuerdos hechos con ellos…
Como dijimos, Theodore Roosevelt sostenía que la guerra racial para terminar con los indios era inevitable y representaba el logro culminante de la expansión del individuo angloparlante en el mundo.
Los primeros que buscaron justificar su causa por medio del darwinismo social fueron los que se oponían a los negros. Las teorías racistas que clasifican a las razas y colocan a la "blanca" sobre las demás, en tanto presentan a la "negra" como la más primitiva, abrazaron la teoría de la evolución con gran fervor. Uno de los principales teóricos del racismo evolucionista, Henry Fairfield Osborn, expresó en un artículo titulado "La Evolución de la Raza Humana" que el nivel medio de IQ (coeficiente de inteligencia) de un negro podía ser solamente igual al de un homo sapiens de once años de edad. De acuerdo con su visión, los negros ni siquiera eran considerados homo sapiens, es decir, hombres modernos. Uno de los últimos defensores de este punto de vista, Carletoun Coon, afirmó en su libro titulado "El Origen de las Especies" publicado en 1962, que la raza blanca y la raza negra eran dos "especies" distintas diferenciadas en la época del homo erectus. Según Daniel Gasman, después de esa diferenciación la raza blanca se hizo superior. Hasta hace poco, los defensores de la segregación racial que se llevaba en contra de los negros en los EEUU, se esforzaron lo más que pudieron para beneficiarse de este argumento "científico" que les concedió la teoría de la evolución.
Otro país donde floreció el darwinismo social fue Alemania. El biólogo Ernest Haeckel (1834-1919) dirigió el principal desarrollo del racismo basado en el darwinismo. Fue también quien encaminó el descubrimiento del fósil "Hombre de Java". Plenamente impresionado por los estudios de Darwin, hizo una modesta contribución al darwinismo presentando la teoría sintetizada como Recapitulación Ontogénica de la Filogenia.
Sin embargo Haeckel, que podría ser considerado como el "representante del darwinismo en Alemania", fue muy influyente. Estableció una sociedad bajo el nombre de "Liga Monista". El monismo era una versión distinta del materialismo ateo. La modalidad haeckeliana produjo el mismo efecto: el reforzamiento del racismo. Según Daniel Gasman, "se convirtió en uno de los principales ideólogos del racismo, del nacionalismo y del imperialismo en Alemania". Dos regímenes racistas del siglo XX, el fascismo y el Nacional-socialismo, basados en la herencia de los evolucionistas como Haeckel, tenían como referencia a Darwin.