A horas de dar comienzo a uno de los debates más importantes de las últimas décadas y ante un fuerte reclamo de la sociedad para que se extienda a todo el país la discusión parlamentaria por la legalización del aborto y se escuchen todas las voces, los legisladores deberán ahora enfrentar su momento mas difícil.
Inmersos en sospechas de presiones políticas y mediáticas y víctimas de intereses partidarios, los diputados argentinos comienzan esta semana el debate histórico para la aprobación del aborto en el país, lo que algunos votantes de Cambiemos consideran un `fraude cívico´ dado que en ningún momento les fue blanqueada esta intención ni aún cuando la coalición gobernante presentó su plataforma electoral en las elecciones legislativas del año pasado.
El Congreso Nacional se prepara para que en las próximas horas sus 257 diputados comiencen a discutir en el plenario de comisiones conjuntas de la Cámara de Diputados bajo la presidencia del Diputado Nacional por Cambiemos Daniel Lipovetsky, el tema que las organizaciones provida sostienen abrirá la puerta “a la gran Industria Internacional del tráfico de fetos abortados y dar pista libre al más grande genocidio humano creado por el hombre”, coincidentemente en un año en el que la Argentina preside el G20, un encuentro de los gobiernos mas poderosos del planeta que prestan millones de dólares, hasta el desembarco de organizaciones no gubernamentales que dicen ser sin fines de lucro pero tienen de aliados a Planned Parethood (IPPF por sus siglas en inglés).
¿Será el aborto la 125 de Mauricio Macri? ¿Podrá o querrá dar marcha a tras? ¿El presidente Macri conformará al electorado con el prometido bienestar económico como contraste al genocidio propuesto? A diferencia de la mirada `duranbarbista´, algunos analistas sostienen que hoy hay 2 millones de votos desilusionados que se hicieron ver y sentir en una sola manifestación y mañana estarán defraudados.
