La verdadera cara del FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional)(5ta. parte)

Plan para alcanzar la paz: Caballo de Troya

Es así que en carta fechada el 12 de Julio de 1979 (siete días antes del famoso 19 de Julio) dirigida al Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), doctor Alejandro Orfila, y a todos los Cancilleres de los países miembros de dicha Organización, la entonces Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional en el exilio les presenta su «Plan para alcanzar la Paz» fundamentado en la base de la resolución emitida por la XVII Reunión de Consulta de la OEA de 23 de Junio de 1979. Forma parte de este Plan para Alcanzar la Paz, como anexo del mismo, el Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional acordado por la Unidad Nacional, constituyendo así un compromiso Internacional, además de un compromiso nacional. También forma parte del Plan para Alcanzar la Paz, aunque no es enviado como anexo de esa carta a la OEA, el Estatuto Fundamental de la República, basado en el Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional y convertido posteriormente en ley suprema de Nicaragua –equivalente a la Constitución de la República– en el primer acto de gobierno de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, el día 20 de Julio de 1979.7 Estatuto Fundamental

Con estas acciones y documentos –como Caballo de Troya– además de otras tantas acciones y documentos de otras fechas, el FSLN trata de esconder su verdadera cara totalitaria marxista-leninista y seduce a los otros miembros que conformaron entonces la Unidad Nacional, a una gran parte del pueblo nicaragüense y a casi toda la comunidad internacional. El pueblo nicaragüense, desconocedor entonces de los alcances y crueldad de la ideología marxista-leninista, estimulado también por el anti-somocismo nacional e internacional, escucha los cantos de sirenas del FSLN y arrecia su actividad insurreccional, sin sospechar siquiera que por ser falsas las promesas obtendría su liberación de una dictadura para sustituirla por un totalitarismo militarista que además les traería también la escasez, las colas, más pobreza personal y colectiva, la persecución, el sentimiento de horror y de terror, el servicio militar obligatorio para defender a un partido político constituido en ejército-estado-partido; en resumen, la esclavitud y el fin de la esperanza.

El FSLN como miembro de la Unidad Nacional, tanto con el Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional como con el pleno respaldo que da a la Junta de Gobierno en su Primer Proclama, se compromete de palabra y por escrito, ante los nicaragüenses y ante la comunidad internacional, a contribuir y patrocinar la instauración en Nicaragua de un sistema socio-político-económico en el que reinen:
 
…la plena vigencia de los derechos humanos; un régimen de derecho sujeto sólo a las leyes y con igualdad real de derechos para todos los nicaragüenses; la plena y real libertad de expresión y difusión del pensamiento, hablado y escrito; la libertad de culto; la libertad sindical para todos, con plena igualdad de derechos; la igualdad de derechos y oportunidades políticas; una economía mixta en la que se garantizaría y respetaría la parte correspondiente al área privada; una política exterior nacionalista e independiente, no alineado a ninguna potencia a superpotencia extranjera; etc., etc.
 
Y así, por el estilo, continúa la lista de declaraciones del Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional y que haría de Nicaragua, de la naciente Revolución Nicaragüense, un modelo digno de ser calcado por otros países. Naturalmente –nos dijeron– todo esto traerá como consecuencia la paz, la abundancia y bienestar económico, o sea, la felicidad plena de los nicaragüenses.

 

El golpe de estado

Todo este rosario de maravillosas promesas y la apariencia pluralista de la Junta de Gobierno sirven para consolidar la posición política anti-somocista, tanto en el plano interno como en el internacional. La insurrección popular arrecia y el respaldo internacional a la Junta se consolida. El régimen de Somoza, aislado y desacreditado cae por fin el 19 de Julio de 1979. No sólo cae sino que es arrancado totalmente de raíz. Desaparecen la Constitución, el Congreso Nacional, los Ministros y funcionarios, las Cortes, los Jueces, la Guardia Nacional, la Policía, los Alcaldes, los Jueces de Mesta, los Capitanes de Cañada, en fin, desaparece todo vestigio del viejo orden que sería sustituido por el nuevo orden especificado en el Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional. La esperanza sería realidad. Un nuevo amanecer.

La Junta de Gobierno, la que en su Primer Proclama de 18 de Junio de 1979 dijo «Al momento de asumir la responsabilidad histórica que nos ha sido confiada, de encabezar el Gobierno de Reconstrucción Nacional...», como primer acto de gobierno el viernes 20 de Julio decreta el Estatuto Fundamental de la República –equivalente a la Constitución– como Ley Suprema de la nación. Sin embargo, a la vez que la Junta se instala como máxima autoridad encabezando así el gobierno, la Dirección Nacional del FSLN –los nueve comandantes– se instalan de facto como una autoridad superior a la de la Junta de Gobierno. Ni el Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional ni el Estatuto Fundamental de la República –la Ley Suprema de la nación, en ese momento– contemplan la creación de este sorpresivo y nuevo súper poder.

El Programa de Gobierno en su parte pertinente dice:
 
1.2- Bases para la organización del Estado:
a) Poder Ejecutivo: La responsabilidad ejecutiva y administrativa del Estado corresponderá a la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional..."

b) Poder Legislativo: Se constituirá un Consejo de Estado que compartirá las funciones legislativas con la Junta de Gobierno.

c) Poder Judicial: Se estructurará como organismo máximo judicial, la Corte Suprema de Justicia..."
 
De esta forma, el Estatuto Fundamental de la República reflejando lo acordado por la Unidad Nacional en el Programa de Gobierno, en el Título III, Organización del Estado, Capítulo I, Poderes, Arto 9° dice: «Serán Poderes del Estado: La junta de Gobierno, el Consejo de Estado y los Tribunales de Justicia». Nada más. Estatuto Fundamental

Es difícil precisar la fecha exacta en que el FSLN da al nuevo gobierno este golpe de Estado, pero la realidad es que la Dirección Nacional del FSLN  –los nueve comandantes– fuera de toda legalidad, en violación a lo acordado en el Programa de Gobierno y en contra de lo dispuesto en el Programa de Gobierno, y en el Estatuto Fundamental de la República, que de algún modo equivalía a la Constitución, se constituye en el Poder Supremo, superior incluso al de la Junta de Gobierno. El Comandante Jaime Wheelock R., en su libro El Gran Desafío (Entrevista por Marta Harnecker) nos explica la correlación de fuerzas percibida por el FSLN y su filosofía con respecto a esta correlación de fuerzas:
 
Lo que te quiero decir con esto es que eje de nuestra política de alianzas no era la burguesía sino el pueblo, y esto no es un decir demagógico, era exactamente así. Nuestro programa y nuestro esquema de fuerzas estaba basado en una realidad concreta: que teníamos las armas en la mano y que teníamos al pueblo con nosotros.8
 
Para poder llevar a cabo su propio programa de imponer el comunismo en Nicaragua, el FSLN necesita el Poder –todo el poder– para sí y sólo para sí. Sólo puede conquistarlo con las armas y es así que con el decidido respaldo y ayuda del bloque comunista, a través de Cuba, consigue monopolizar las armas, multiplicarlas y fortalecer su propio poderío militar. Por medio del Decreto No. 67 de 13 de Septiembre de 1979 tanto el Ejército como la Policía y las Milicias Populares dejan de ser organizaciones nacionales y son «legalizadas» como organizaciones pertenecientes al FSLN, en burda violación a la acordado en el Programa de Gobierno y en el Estatuto Fundamental de la República, que en su Título IV, Capítulo Único, Fuerzas Armadas dice:
 
Arto. 23. Decláranse  disueltas la Guardia Nacional de Nicaragua. (…) Sustituirá a la Guardia Nacional de Nicaragua, un nuevo Ejército Nacional (...) formado por los combatientes del Frente Sandinista de Liberación Nacional; por los soldados y oficiales de la Guardia Nacional de Nicaragua que hayan demostrado una conducta honesta (...); por quienes hayan combatido por la Liberación y deseen incorporarse...
 
En contra del Estatuto Fundamental de la República, y a pesar de esa ley, el FSLN obtiene el monopolio de las armas, al igual que en los regímenes comunistas donde las fuerzas armadas no son nacionales, sino que constituyen el necesario brazo armado del partido. Una vez obtenido el monopolio de las armas, todo el resto del poder, paso a paso, poco a poco, irá consolidándose en manos del Partido FSLN. Decreto 67 - Decreto 66