La careta de demócratas
El FSLN nace comunista, hijo de padres comunistas, y su misión es imponer el comunismo en Nicaragua para lo que debe conquistar el poder: el poder absoluto e indiscutible. Desarrolla para esto, la lucha armada y violenta en un frente a la vez que, en otro frente, desarrolla la lucha cívica. Su estrategia incluye como elemento esencial de ambos frentes, el mostrar a los nicaragüenses y al mundo occidental una cara de demócratas, de amantes de la libertad y de la justicia acordes a las concepciones ideológicas occidentales. Era necesario para el FSLN, pues, mostrar esa careta ante el mundo occidental y sólo mostrar en privado su verdadera cara de comunista, de marxista-leninista, ante sus mismos camaradas.
Las máscaras y pañuelos con los que se tapaban las caras los rebeldes durante la insurrección final para esconder sus verdaderas identidades y proteger sus vidas, casualmente simbolizan este ardid de doble cara ideológica, que juegan entonces los sandinistas; y a la vez simbolizan también, con ironía, la liberación de una dictadura por la esclavitud de un totalitarismo. El que muchos religiosos –unos a sabiendas y otros de ingenuos– hayan participado a favor de la causa sandinista, sirvió también de camuflaje al FSLN. De igual forma sirvió de camuflaje la participación de personajes demócratas nicaragüenses y extranjeros, así como organizaciones nacionales e internacionales, que no lograron ver a través de esa transparente careta de demócratas la verdadera cara totalitaria marxista-leninista. Era fácil ver a través de la careta, pues esta era muy transparente y burda, pero quizás el profundo sentimiento anti-somocista, tanto nacional como internacional, deslumbró y cegó a una inmensa mayoría en el mundo entero, inclusive también a muchísimos nicaragüenses. Además, «no hay peor ciego que el que no quiere ver».
La unidad nacional
Con este camuflaje de demócrata, el FSLN logra integrarse en 1979 en una gran alianza democrática anti-somocista para dar contra Somoza la embestida final. Se forma así una unidad nacional compuesta de todos los partidos políticos (excepto el Liberal Nacionalista de Somoza), de centrales obreras, sectores de la iglesia católica, organizaciones empresariales, asociaciones de periodistas, grupos intelectuales, etcétera. Con este fin, el FSLN hace un llamado para que los representantes de los distintos sectores políticos y sociales del país organicen un gobierno (en el exilio) «de manera que podamos afirmar –dice la Primera Proclama de ese gobierno– que se trata de un verdadero gobierno de unidad nacional». Efectivamente, el 18 de junio de 1979 (un mes antes de la caída de Somoza) se integra la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional y emite su Primera Proclama dirigida a los nicaragüenses, a los pueblos hermanos del mundo y a los gobiernos democráticos, y en ella nos dice:
Al momento de asumir la responsabilidad histórica que nos ha sido confiada, de encabezar el Gobierno de Reconstrucción Nacional (...) dirigimos nuestro primer llamado hacia la unidad total de los nicaragüenses, base indispensable del proceso de reconstrucción que este gobierno deberá llevar adelante. Proclama
Se forma, pues, el Gobierno de Reconstrucción Nacional, el gobierno de la Unidad Nacional, que de ninguna manera era el gobierno del FSLN. Tanto el FSLN como las demás fuerzas democráticas del país, dan pleno respaldo, según dice la Proclama a este nuevo gobierno.
Encabezaba este gobierno –como miembros de la Junta de Gobierno– doña Violeta Barrios de Chamorro (viuda del Dr. Pedro Joaquín Chamorro, sempiterno opositor a Somoza y paladín de la lucha por la libertades públicas); doctor Sergio Ramírez Mercado (ausente de Nicaragua desde 1964, intelectual y escritor, socialdemócrata); ingeniero Alfonso Robelo Callejas (acaudalado empresario, ex-presidente de la Cámara de Industria de Nicaragua, ex-presidente del Instituto Nicaragüense de Desarrollo –INDE– y por ende ex-presidente del COSEP, fundador del movimiento político Movimiento Democrático Nicaragüense –MDN–); doctor Moisés Hassan Morales (Doctor en Matemáticas, postgrado de la Universidad de Carolina del Norte, USA, y en ese entonces decano de la Facultad de Ciencias y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua); y Daniel Ortega Saavedra (miembro de la Dirección Nacional del FSLN). En la superficie, en apariencia, esta junta de cinco miembros aparecía, ante la mayoría de los nicaragüenses y ante gobiernos y personajes de los países democráticos, como verdaderamente pluralista. Era una junta señuelo.
Una vez más el FSLN, en la integración de esta Junta de Gobierno, usa el juego de la caretas. La verdadera militancia e ideología del doctor Sergio Ramírez y en menor grado la del doctor Moisés Hassan permanecían escondidas. La revista Time muestra una fotografía de los cinco miembros de esta Junta, tomada recién asumen el Poder, en la que aparece el doctor Sergio Ramírez sentado en el centro. A un lado están sentados, Daniel Ortega y Moisés Hassan; y a su otro lado, doña Violeta y Alfonso Robelo. El pie de foto resume con exactitud y precisión el contenido del artículo: «El hombre de en medio». El hombre de en medio: entre los izquierdistas y los derechistas, el hombre de centro, el hombre de balance del poder. El New York Times se aventura un poco más y titula: «Los sandinistas: Patriotas primero, después quizás marxistas».
La integración el 18 de Junio de 1979 de esta Junta de Gobierno de la Unidad Nacional conlleva también la negociación, redacción y ratificación de una plataforma de gobierno que titulan «Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional» y que en realidad constituía una programa para reconstruir Nicaragua en lo material, en lo moral, en lo económico, en lo político, en lo social, en lo espiritual... dentro de las concepciones democráticas occidentales. Era un programa anzuelo, que debilitaría aún más al ya tambaleante régimen de Somoza, especialmente ante la comunidad internacional. Se presenta, pues, este Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional ante el mundo para obtener respaldo político, financiero y aún militar para asestar el golpe final al régimen anterior. Programa de Gobierno
Encabezaba este gobierno –como miembros de la Junta de Gobierno– doña Violeta Barrios de Chamorro (viuda del Dr. Pedro Joaquín Chamorro, sempiterno opositor a Somoza y paladín de la lucha por la libertades públicas); doctor Sergio Ramírez Mercado (ausente de Nicaragua desde 1964, intelectual y escritor, socialdemócrata); ingeniero Alfonso Robelo Callejas (acaudalado empresario, ex-presidente de la Cámara de Industria de Nicaragua, ex-presidente del Instituto Nicaragüense de Desarrollo –INDE– y por ende ex-presidente del COSEP, fundador del movimiento político Movimiento Democrático Nicaragüense –MDN–); doctor Moisés Hassan Morales (Doctor en Matemáticas, postgrado de la Universidad de Carolina del Norte, USA, y en ese entonces decano de la Facultad de Ciencias y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua); y Daniel Ortega Saavedra (miembro de la Dirección Nacional del FSLN). En la superficie, en apariencia, esta junta de cinco miembros aparecía, ante la mayoría de los nicaragüenses y ante gobiernos y personajes de los países democráticos, como verdaderamente pluralista. Era una junta señuelo.
Una vez más el FSLN, en la integración de esta Junta de Gobierno, usa el juego de la caretas. La verdadera militancia e ideología del doctor Sergio Ramírez y en menor grado la del doctor Moisés Hassan permanecían escondidas. La revista Time muestra una fotografía de los cinco miembros de esta Junta, tomada recién asumen el Poder, en la que aparece el doctor Sergio Ramírez sentado en el centro. A un lado están sentados, Daniel Ortega y Moisés Hassan; y a su otro lado, doña Violeta y Alfonso Robelo. El pie de foto resume con exactitud y precisión el contenido del artículo: «El hombre de en medio». El hombre de en medio: entre los izquierdistas y los derechistas, el hombre de centro, el hombre de balance del poder. El New York Times se aventura un poco más y titula: «Los sandinistas: Patriotas primero, después quizás marxistas».
La integración el 18 de Junio de 1979 de esta Junta de Gobierno de la Unidad Nacional conlleva también la negociación, redacción y ratificación de una plataforma de gobierno que titulan «Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional» y que en realidad constituía una programa para reconstruir Nicaragua en lo material, en lo moral, en lo económico, en lo político, en lo social, en lo espiritual... dentro de las concepciones democráticas occidentales. Era un programa anzuelo, que debilitaría aún más al ya tambaleante régimen de Somoza, especialmente ante la comunidad internacional. Se presenta, pues, este Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional ante el mundo para obtener respaldo político, financiero y aún militar para asestar el golpe final al régimen anterior. Programa de Gobierno