De cómo los espíritus malos habitan en el cielo
5. Decíamos que el apóstol San Pablo afirma que estamos en combate contra los gobernadores de las tinieblas y los espíritus malos que habitan en el cielo. Y ya hemos probado que se llama cielo incluso al aire próximo a la tierra. Ahora, es preciso creer que nosotros luchamos contra el diablo y sus ángeles que se gozan en nuestra perturbación. En efecto, el mismo Apóstol, en otro lugar, llama al diablo príncipe del poder del aire 15. Aunque este pasaje, en que dice: los espíritus malos del cielo, pueda entenderse de otro modo, para que no ponga en el cielo a los mismos ángeles prevaricadores, sino más bien a nosotros de quienes en otro lugar dice: nuestra conversación está en el cielo 16. Y para que aferrados a las cosas celestiales, es decir, caminando en los preceptos espirituales de Dios, luchemos contra los espíritus malos que tratan de arrojarnos de allí. Mucho nos hemos de preguntar cómo podemos luchar y vencer a los enemigos que no vemos, para que no piensen los necios que peleamos con el aire.