Echa un vistazo a tu líder repasando estas 13 señales porque si coincide en varias de ellas es que estás siguiendo al líder equivocado.
Da igual como vayan las cosas, da igual el resultado del proyecto. Siempre recordará los problemas que hubo y un pequeño detalle sin importancia que no se hizo del todo bien. Eso sí, de las cosas buenas no lo oirás hablar.
2.No te motiva
Un verdadero líder no crea seguidores, crea más líderes. Gente dispuesta a comerse el mundo sabiendo que ellos pueden conseguir todo lo que se propongan.
3. Nunca te agradece tu trabajo y esfuerzo
Si las cosas salen bien él se lleva el reconocimiento, pero si salen mal no dudará en dejarte en evidencia.
4. No es capaz de tener visión de futuro
No planifica ni se anticipa. No piensa en el futuro ni en términos de grandiosidad. Va “tapando agujeros” conforme se presentan, pero no tiene un proyecto de acción a medio o largo plazo.
5. Tu lugar de trabajo es caótico (en todos los sentidos)
Reuniones programadas a última hora, desprogramadas sin avisar. El internet falla, los empleados no tienen control y por no haber no hay ni papel higiénico en el baño.
6. No tienes libertad: cuándo comer, cuándo ir al baño, cuando tomarte pequeños descansos
Eso de comer, ir al baño o pegarse descansos de 5 minutos no existe en tu trabajo. Está controlado con horarios. Nadie come antes de las 13.00h ni va 3 veces al baño en una misma mañana.
7. No planea ni estudia las decisiones que toma
Él y sólo él piensa y toma las decisiones. Basadas en él, obviamente.
8. Te ignora
¿Alguien dijo algo?
9. No es asertivo
Ser asertivo implica ser claro, directo, honesto, educado, amable. No exponer tus ideas de forma agresiva ni ofender a los demás cuando opinan distinto. Igualito que tu líder, ¿verdad?
10. Se adueña de las ideas del equipo y las hace suyas
Si es bueno tiene que ver con él, si es malo él no tiene nada que ver.
11. Se esconde detrás de su poder
Un verdadero líder nunca te mostrará que está por encima tuya, aunque realmente lo estuviera.
12. No es un ejemplo a seguir
Llega tarde -o días que ni llega- , los horarios y los compromisos establecidos no existen para él, y además es un pésimo compañero.
13. Miente
Una buena persona no tiene porqué ser un buen líder, pero un buen líder sí que ha de tener rasgos que hagan de él una buena persona. Y mentir no es uno de esos rasgos.
Esta clase de líderes ensucian la figura del liderazgo y el bonito arte de liderar. No permitas que sigan ahí. Los líderes tóxicos no hacen un favor a nadie.