El Catecismo de la Iglesia Católica menciona que todas las formas de adivinación y espiritismo deben ser rechazadas. La práctica del espiritismo va en contra del primer mandamiento, que llama a los fieles a confiar solo en Dios. La Iglesia promueve la oración y la comunión con los santos a través de la intercesión, pero siempre en el contexto de la fe y la doctrina cristiana.
También, la Iglesia desaprueba las psicografías, que son mensajes supuestamente recibidos de los espíritus a través de la escritura automática. Esta práctica es vista como una forma de espiritismo y, por lo tanto, contraria a las enseñanzas de la Iglesia.
La psicografía, al igual que otras prácticas espiritistas, se considera peligrosa porque puede llevar a las personas a depender de fuerzas espirituales fuera de Dios y de la revelación cristiana. La Iglesia enseña que solo Dios es la fuente de verdad y que los fieles deben evitar cualquier práctica que busque conocimiento o guía espiritual fuera de Él.