El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha manifestado durante un discurso este fin de semana en la localidad de Baile Tusnad, en la Transilvania rumana, que la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París, donde un grupo de activistas transgénero se burló de la Última Cena, muestra que «no hay moral en Occidente».
En su discurso en la Universidad de Verano de Bálványos, ha llamado además a «encontrar jóvenes combatientes valientes y con espíritu nacional».
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